Con golpes, abusos y humillaciones. Así vivió por años la concubina de “Diablo”, una mujer de 44 años que dio detalles del calvario que soportó por temor a que se cumplan las amenazas del hombre, de 33 años, acusado de violar y embarazar a sus dos hijastras. El lunes, la mujer se presentó ante la Justicia y brindó su testimonio: “Nos pegaba siempre, era violento. Nosotros teníamos miedo y vivíamos bajo su sometimiento”, aseguró. De acuerdo a fuentes consultadas, en su declaración ratificó todo lo señalado por sus dos hijas, de 18 y 26 años, ambas víctimas de “Diablo”, un hombre con más de veinte causas penales en la Justicia provincial e incluso investigado también por narcotráfico.De este modo, la situación procesal del imputado se ve más que complicada. Sumado a ello, el lunes las dos hijastras de “Diablo” volvieron a dar su testimonio, esta vez ante el magistrado Osvaldo Rubén Lunge, titular del Juzgado de Instrucción 1 de Puerto Rico.La primera en relatar los hechos fue la joven de 18 años, quien sostuvo lo dicho en la denuncia policial.Relató que vivían sin ningún tipo de “derecho porque nunca podíamos decirle nada. Él (“Diablo”) decidía todo”, dijo la muchacha, quien producto de los abusos dio a luz a un niño, actualmente de cinco años.“Siempre se hacía lo que él quería. En este último tiempo no nos pegaba tanto, antes nos pegaba mucho en especial a mi mamá, pero todos éramos golpeados. Me decía que me iba a matar”.La joven explicó que el miedo en la familia sigue latente ya que el acusado tenía “conocidos muy peligrosos y ahora tenemos miedo porque pensamos que pueden hacernos algo”.“Diablo” de 33 años fue detenido durante un allanamiento realizado el martes 8 cerca de las 22.30, cuando descansaba en su casa de San Gotardo. El hombre fue denunciado por sus hijastras, quienes lo acusan de violarlas por más de cinco años y como producto de los abusos tuvieron tres niños.El viernes pasado, “Diablo”?se abstuvo ante el juez Lunge y fue imputado por “abuso sexual con acceso carnal, varios hechos independientes en concurso real, triplemente agravado por la convivencia preexistente y por su condición de guardador” de las víctimas. La imputación incorporó “amenazas coactivas continuadas y supresión de la identidad”, esto último en razón de que, si se confirma que las tres criaturas son sus hijos, éste los anotó ante el Registro de las Personas con otro apellido.
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