En la fantástica carrera de Juan Manuel Fangio consta una jornada bisagra de la que este viernes se cumplen 50 años: en el Gran Premio de Nürburgring ganó su último campeonato de Fórmula 1 Internacional y desde entonces se lo llama, entre otros modos, El Quíntuple.Tras una áspera desvinculación de la escudería Ferrari, el originario de Balcarce se incorporó a Maserati en 1957 y a la inusual edad de 46 años volvió a coronar y consolidar entre la cátedra la condición de mejor piloto de todos los tiempos.En esa temporada ganó los grandes premios de la Argentina el 13 de enero, de Mónaco el 19 de mayo y de Francia (Rouen-les-Esasrt) el 7 de julio.El 4 de agosto de 1957 llegó a Nürburgring con la firme vocación de quedarse con el Gran Premio de Alemania y sacar una ventaja indescontable al británico Stirling Moss.Y así fue: lo que Fangio se prometió a sí mismo quedó zanjado con holgura, por cuanto su Maserati se correspondió de forma plena con sus firmes manos de terciopelo y se quedó con la victoria y con su quinto campeonato.Pasaron los días, los años y las décadas y Fangio persistió en la certeza de que en Nürburgring había tocado el cielo: "Cuando me bajé de aquella máquina supe que nunca más en mi vida iba a manejar como aquel día".Es que en el circuito alemán Fangio consumó una arremetida de película, que rubricó en la última vuelta al sobrepasar la línea de una Ferrari y llegar a la meta en medio de una algarabía generalizada.Fue tan asombroso lo que hizo el 4 de agosto de 1957 que el presidente alemán, Theodor Heuss, lo designó "Huésped de honor".A lo largo de su trayectoria en la Fórmula 1 Internacional el Chueco alcanzó 24 triunfos, 35 podios y 23 vueltas más rápidas. Fue campeón del mundo en 1951, 1954, 1955, 1956 y 1957.Fuente: Télam
Discussion about this post