Por primera vez, un alumno celíaco de San Vicente pudo festejar la semana de la dulzura comiendo las mismas golosinas, postres y gaseosas que sus compañeros. Es que el director de la Escuela 453, Avelino Dutres, donde el pequeño Gonzalo Frank empezó este año el primer grado, se propuso que aprovechar la semana de la dulzura para que los chicos conozcan más sobre la celiaquía y cuáles son los alimentos que contienen Trigo, Avena, Centeno y Cebada (TACC). Este viernes, los chicos de primer grado recibieron la visita de la licenciada en nutrición Débora Cesar, quien les enseñó en una clase muy dinámica los motivos por los que una persona celíaca, como Gonzalo, no puede comer algunos alimentos. La actividad contó además con la participación activa de la maestra del primer grado, Valeria Da Silva, del director de la 453, Avelino Dutres; y del papá del alumno celíaco, Adrián Frank. Aprendizaje significativo En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Adrián Frank destacó el rol pedagógico y de inclusión de la escuela. Elogió el impacto que tienen este tipo de iniciativas en los niños que, por una u otra razón, son distintos a sus compañeritos. Recordó también <a href="http://www.primeraedicion.com.ar/nota/236181/un-nino-celiaco-quedo-excluido-del-regalo-de-papa-noel-.html">lo que sucedió el año pasado en el nivel inicial de otra institución donde asistió su hijo</a>, cuando en el acto de fin de año la docente decidió sorprenderles con un adelanto de Papa Noel pero cuando su hijo fue a buscar su bolsita de golosinas se excusó con un “para vos no tengo nada porque sos celíaco”. A varios años luz de distancia de esa actitud, la nutricionista Cesar contó que “me pareció una excelente idea ir a dar esta charla a los chicos de primer grado, especialmente en esta fecha, donde es común que los niños regalen o reciban golosinas y, en este compartir, hay posibilidades que Gonzalo reciba una golosina con gluten y que no puede comer por su celiaquía. La idea es conocer, pero no para excluir o diferenciar, sino para poder incluir y compartir”. Destacó que los niños se portaron muy bien y que participaron mucho de la charla, “utilicé la imagen de un semáforo y los significados de cada color para que ellos vayan ubicando los distintos grupos de alimentos en función de una dieta libre de TACC, el rojo para lo que no se puede, el amarillo para aquellos en los que hay que prestar atención y el verde para los que son libres de consumo. Los chicos mostraron ser muy inteligentes y participaron muchísimo, por supuesto también Gonzalo que conoce mucho sobre la celiaquía”.Por su parte, el director de la 453 señaló que si bien en esa escuela solo hay un alumno que tiene diagnóstico de celiaquía, “pueden haber otros que aún no lo saben, según la estadísticas de los expertos”. En este contexto, opinó que el presupuesto para comedor escolar debería contemplar un aporte adicional para que las escuelas puedan ofrecer los alimentos adecuados a los alumnos celíacos “todos sabemos que los productos libres de TACC son mucho más costosos”. En la actualidad, Gonzalo trae de su casa los alimentos para poder compartir con sus compañeros”.





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