Señora Directora: Si compartiéramos las indiferencias de los habitantes misioneros patinamos todos por esa la realidad. Los de afuera roban nuestros héroes o manejan nuestra historia. Sencillamente, culpa de nuestra apatía y falsa pasión que nos consume. El falso orgullo a mí no me gusta y a eso se debe mi opinión. Aunque are en el río va mi mensaje para quienes quieran escuchar y quieran participar.Al recordar los inicios por su brillo del Festival Nacional de la Música del Litoral me mareo de alegría y un poco más exploto de rabia, porque cuando ya cumplía sus 22 años comenzaba a decaer. Como lo pueden atestiguar los memoriosos y el autor de esta nota, más los vecinos no tan jóvenes.Tal como su nombre retumbaba en la república, ninguna provincia del Litoral faltaba. Cada un atraía sus danzas, sus ritmos, sus cantos para el deleite de los miles de asistentes que aplaudimos con palmas y antorchas, sin cansarnos de agradecer a las distintas embajadas de las hermanas provincias que con tanta gallardía honraron al Litoral. ¡Y qué festival!La dueña de casa también se lucía a la par como anfitriona y responsable de la fiesta. Se esmeraba de prodigar atenciones a las distintas visitas. Formosa, la linda; Chaco, cosechera y montaraz; Corrientes, chamamecera y tapé; Entre Ríos con sus cautivantes chamarritas; Santa Fe, la provincia que mejor canta; y Buenos Aires, con milongas y tangos sin gomina.Los países hermanos del Litoral también dieron jerarquía al gran festival, contagiándonos con sus ritmos nacionales. Elevando nuestro espíritu.Aquellos brillos de la fiesta litoraleña, transmitidos para todo el país, están celosamente gravados. Es imposible de olvidar a Horacio Guaraní, Los Tucu Tucu, Tarragó Ros, Luis Landriscina, Chango Nieto, Virginia Luque, Pepe Novoa, Ramona Galarza y de tantos otros destacadísimos conjuntos guardados en el corazón, tales como El Mensú o la renombradísima María Helena.El Festival Nacional de la Música del Litoral fue siempre ocasión para el lucimiento de los recitadores, solistas, cantores o payadores. Cocomarola, la misionera muy querida María Ofelia, Abel Pintos, excelentes guitarristas, arpistas, bandoneonistas y otros que sabrán disculparme.Si no existe poder de convocatoria, de reunir a las provincias vecinas, que se anule el pomposo nombre que no corresponde, tal como lo plantea el pueblo pidiendo cultura, siendo nuestro deber solicitar a nuestras autoridades que se recupere el Festival Nacional e la Música del Litoral.Tengamos altura y respeto como guaraníes, cumpliendo con nuestra orgullosa misión de ser misioneros. Elevemos nuestra identidad regional. Nuestra provincia siempre cantó y bailó, y al cantar se reza dos veces y a Dios queremos los misioneros.
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