El Zaimán, uno de los arroyos urbanos más grandes de la capital provincial, está tapizado de camalotales sin que se proceda a ningún tipo de limpieza y mantenimiento. Pese a que se trata de un trabajo que debería hacerse regularmente, en el marco de las obras de protección y tratamiento costero, en el entorno de las 210 hectáreas del subembalse de esa cuenca, esos jacintos de agua se retiraron integralmente solo una vez. Fue días antes de la inauguración de los cuatro puentes sobre la traza de la ruta 12; y cuando el gobernador Hugo Passalacqua, acompañado por el ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich, junto al titular de la Entidad Binacional Yacyretá, Humberto Schiavoni, estuvieron recorriendo el lugar. “Antes de eso, nunca se hizo mantenimiento. Cuando se iban a inaugurar los puentes de la ruta, me contrató una empresa que realizó la limpieza. Mi trabajo consistía en arrimar los camalotales en la costa y una retroexcavadora los removía del agua. Fue solo esa vez y seguramente para no mostrar tanta mugre”, fue la opinión del baqueano, Raúl Oscar Stelter, pescador y vecino de Villa Poujade, la zona más afectada. Lo cierto es que tras una recorrida, y relevamiento fotográfico de PRIMERA EDICIÓN, en todo el lugar -tanto desde los puentes que están en la traza de la ruta 12 y hasta el que se halla sobre Cabo de Hornos- fue posible observar que la columna de agua se encuentra absolutamente colmada de una especie de camalote, la más abundante (Eichhornia crassipes), y que representan un gran problema, especialmente para los pescadores de subsistencia, quienes navegan allí en busca de alguna pieza, pero también para los vecinos, cansados de la proliferación de mosquitos que proliferan en sus aguas quietas. “A la tardecita no se puede estar, porque cuando hay viento, sin importar de qué dirección; de un puente al otro se mueven toneladas y toneladas de camalotes y nos apresan las canoas”, contó don Stelter con indignación.“Yacyretá es la única responsable de hacer el trabajo, ya sea contratando una empresa u otros medios. Es muy lindo lo que se puede ver en la página de la EBY, cuyos videos institucionales, sobre el tratamiento costero en El Zaimán es una belleza. ¡Hasta veleros navegan! En la realidad navegan veleros, pero de camalotes”, ironizó el vecino. Enfatizó Stelter: “A mí me impresiona ver todos los días como se mueven de un lado a otro, creo que no deberían estar, y que nos hacen mal”. La doctora en Ciencias Biológicas, Haydee Pizarro, consultada, a raíz de los temores de los vecinos, explicó: “Estas plantas tienen raíces sumergidas, toman los nutrientes -son verdaderas máquinas de tomar nutrientes del agua- y los transforman en su propia biomasa. Desde el punto de vista de la calidad del agua, un desarrollo así, tan grande, lo que puede llegar a provocar es una disminución del oxígeno del agua, porque al generar una cubierta continua sobre el espejo del agua no hay posibilidades de intercambio de oxígeno con la atmósfera y eso produce un consumo mucho mayor del oxígeno de parte de todos los organismos que están en el agua. Para Pizarro, “el principal problema está dado en los inconvenientes para los organismos (algunos peces) que no toleran bajas concentraciones de oxígeno -y otra cosa- que la materia orgánica que se encuentra en el agua y que necesita oxígeno para ser degradada, al no haber oxígeno pueden acumularse y haber otros tipos de fermentaciones, aparecer mal olor y cuestiones de ese tipo”, describió.En cuanto a la posibilidad de convertirse en un foco de proliferación del Aedes aegypti (mosquito transmisor del dengue), la bióloga consideró: “Aedes -que es el vector del virus del dengue- en realidad no tiene en los arroyos un hábitat propicio. No es el lugar donde principalmente se desarrolle. El Aedes es peridomiciliario, no es salvaje. Los que representan más riesgos para la gente son los que se encuentran en los domicilios, en los recipientes y contenedores donde se genera un volumen propicio para que desarrollen”, sintetizó.Sin embargo para la doctora “en aguas como la de éste arroyo pueden haber otros organismos, como moluscos y gusanos parásitos peligrosos. Habría que analizar si en la región están presentes, porque son transmisores de otros tipos de enfermedades, como la esquistosomiasis, que se contagia cuando las personas se surgen en estos tipos de ambientes”, recomendó.“Todas las consecuencias que traen este tipo de represamientos de ríos, como en este caso Yacyretá que lleva muchos años en la región, son conocidas y deberían estar permanentemente en tela de análisis”. Mantenimiento La investigadora del Conicet brindó en tanto algunas sugerencias factibles a ser tenidas en cuenta para el tratamiento de los camalotales. “Hay distintas maneras de hacer control, la que considero más recomendable para evitar otro tipo de consecuencias, es directamente la manipulación mecánica: sacar los camalotales con maquinaria. Otros tipos de controles, utilizando productos químicos no los recomiendo porque en esos casos puede ser peor el remedio que la enfermedad”, agregó.Lo cierto es que, como no se procede ni de una manera u otra, los vecinos recurren a medidas drásticas. A veces es tan grande la cantidad que tapa cada parte del arroyo, cuando las cosas están así, algún vecino harto de los mosquitos, los incinera, para que no se acumulen, esa es la verdad porque las autoridades no proceden. “Tenemos miedo, en los camalotes se forma una especie de copa o vasito de agua y si te acercás a mirar podés ver las millones de larvas de mosquitos”, contó Stelter mientras quitaba unas plantas del agua para mostrarlas de cerca. “Desde mi punto de vista, hacer limpieza y mantenimiento es una pavada: hay que traer dos máquinas retroexcavadoras y alguno que ayude a trasladar las plantas desde el medio hasta la costa”, explicó el pescador mientras recorría junto a este Diario un área “parquizada” (situada a unos 800 metros de la avenida cabo de Hornos) por la gente del lugar que también plantó algunos árboles para poder disfrutar del lugar, y ese pequeño sector, pero que no lo pueden hacer por culpa de los camalotes y los mosquitos”. “Abono”En tanto, como sugerencia, la doctora Haydee Pizarro dijo: “Estas plantas son muy utilizadas como forrajes y abono, además tienen otras propiedades que se pueden aprovechar con esa enorme cantidad de biomasa que podría ser aprovechada en lugar de ser quemada, y generar humareda que es muy molesto y perjudicial para los vecinos”.“Existen maneras para generar abono con esa biomasa, se puede aprovechar y generar estructuras para favorecer otras cuestiones ambientales”, remarcó.Fotos: M.Fedorischak
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