En los barrios Capilla 1 y 2 de Jardín América están a la vista las falencias en los servicios básicos, y unas 500 familias viven entre los desagües cloacales. Elba Zarza, una de las vecinas del Capilla 1, tiene a diez metros de su vivienda, un desagote cloacal al aire libre, y se ve obligada a vivir prácticamente encerrada. “Es terrible lo que nos pasa a los que vivimos en el barrio con las cloacas a cielo abierto que hace casi imposible estar afuera, porque además todo se llena de moscas, y es así todos los días. Muchas veces algunos vecinos nos juntamos como ahora y decimos que tendríamos que vender nuestras casas e irnos de acá, pero y ¿adónde vamos a ir?, ¿quién querrá comprar en un lugar como éste? Así que sólo esperamos que se arregle, y con esa esperanza estamos, porque hay muchas criaturas, algunas discapacitadas, y también ancianos. A muchos chicos les salió urticaria, granos en la piel, y también hay frecuentes diarreas y vómitos. Todo por estar entre la contaminación”, lamentó la mujer. Entre los adultos, Zarza y otros vecinos acusan dolores estomacales y de cabeza, y lo adjudican a la situación que padecen en el barrio. “A veces en las casas no se puede ni comer por el olor y las moscas. Es un situación desesperante. Tengo 76 años, y es injusto que tenga que sufrir esto después de haber trabajado durante toda mi vida. Solemos hablar con mis hijos sobre la posibilidad de volver a vivir en la colonia”, confió.El diputado Martín Sereno, del bloque del Partido Agrario y Social estuvo con los vecinos y con ellos recorrió las calles truncadas y sin terminar, un puente desmoronado, y frente al Centro Integrador Comunitario (CIC) observó un pozo cloacal que desagota al aire libre. “Seguimos recorriendo y nos encontramos con otro pozo que no tiene tapa. Es decir que se pueden ver las aguas servidas que brotan y recorren todo el barrio, y el olor es nauseabundo”, manifestó el legislador.Un grupo de familias se reunió con el intendente Oscar Kornoski (FR), y con otros funcionarios para plantearles el problema. Entre todos juntaron cientos de firmas y las enviaron junto con una nota a los integrantes del Concejo Deliberante: “Les expresamos nuestra preocupación y pedimos su intervención para solucionar el problema de la supuesta ‘red cloacal’, cuya obra nunca fue terminada y desagota en las calles de nuestro barrio, provocando que en cada cuadra brote excremento, con el perjuicio para la salud de todos, pero especialmente nos preocupan nuestros niños y ancianos que ya tienen problemas de salud por ese motivo”, señala la misiva firmada por habitantes de los barrios Capilla 1 y 2. También solicitaron la reparación del puente que está detrás del CIC, que es muy riesgoso cruzar no sólo para los vehículos sino también para las personas. Es que el desmoronamiento que llega hasta el centro de la calle, ya provocó un accidente. Las otras peticiones son formar una comisión vecinal barrial, mayor seguridad para el barrio y la aplicación de la Carta Orgánica Municipal en beneficio de la comunidad. “Pero vienen, nos prometen, dicen que van a resolver el problema, y nada. Pedimos que por lo menos cierren los pozos con tapas porque ahí puede caer una persona, o un chico de los tantos que hay en el barrio. De hecho, varias veces quedaron atascadas las ruedas de los autos. Y la otra noche un hombre se tropezó y casi cae dentro, mi nieto lo vio y lo ayudó. Ni hablar del olor, que es insoportable”, agregó.





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