Mucho se habla de lograr la paz. Si bien todos los caminos son necesarios y bienvenidos, no es posible construir una paz estable y duradera sin un trabajo consciente que implique una elección, una opción persistente y concreta hacia la reconciliación.Entiendo que no se reduce a un momento único, a acciones espasmódicas, a una mediación; o a un discurso; o a una votación que sólo polariza opiniones, profundizando las divisiones para ponerse en primera plana en las noticias, mientras lo fundamental lo siguen definiendo en otros espacios. Ya sea el Brexit, el plebiscito por la paz en Colombia, o Trump y Clinton. Porque la polarización solo profundiza la brecha: ¿qué hacemos con el 48% que quería la permanencia, con el 49, 77% que quería el acuerdo de paz, que gracias a Dios se sigue trabajando?Hemos acumulado mucho dolor y desconfianza y para revertir eso se necesita un trabajo cotidiano de cada uno de nosotros, de una apuesta en común, de significar el camino y el horizonte para la construcción de una sociedad y un estado democrático que, aún, no hemos logrado consolidar porque actuamos desde el individualismo, la mayoría de las veces por encima de un espíritu constitucional y ésto genera las brechas, los distanciamientos, la falta de comunicación, la demonización del otro.Entiendo que todos y cada uno de nosotros tenemos una tarea pendiente en el restablecimiento y la construcción de nuestros vínculos, ya sea con nuestro vecinos, en la familia, en el trabajo, con el Estado, con diferentes instituciones.La confianza no se pide, la confianza resulta del fortalecimiento de esos vínculos. Necesitamos volver a confiar, a creer en el otro.La confianza está estrechamente ligada a la reconciliación. Ésta no es un proceso simple, requiere ante todo, una decisión consciente para que cada parte, cada uno de nosotros, actúe de manera coherente con nuestro objetivo. ¿Es nuestro objetivo la paz? ¿O sólo la proclamamos?Si lo es, debemos comenzar ya mismo a trabajar en la reconciliación como camino y como horizonte, debemos optar por ella y elegirla en cada acción y en cada reacción, decidirnos a recorrer este camino haciendo cosas para que restablecer la confianza y los vínculos. Como horizonte porque es el foco que nos guía al puerto donde queremos llegar y en el cual podremos disfrutar de relaciones más humanas.Hoy es el primer domingo de adviento, que mejor momento para comenzar. Hay una tradición que comparto en mi familia, armamos una corona de ramas con cuatro velas, a cada una de estas le asignamos una virtud a mejorar por semana hasta llegar a la Navidad. En éste camino de reflexión, hemos elegido para este año la tolerancia, el amor, la fe y la paz. Los invito a que cada uno arme en su corazón esta corona de adviento y prenda una velita por semana trabajando una virtud para poder recorrer este camino de reconciliación. Que Jesús nos encuentre reflexionando y trabajando juntos para vencer la indiferencia y construir la cultura del encuentro. Éste es el camino hacia la paz. ColaboraValeria [email protected] 3764-510132
Discussion about this post