El 22 de noviembre de 1991, después de recluirse en su casa tras una gira con su banda Queen que se extendió hasta junio anterior, el cantante Freddie Mercury llamó a su manager para preparar una declaración pública con el objetivo de acallar (aunque, al mismo tiempo reconocer) las crecientes versiones acerca de su estado de salud.
El mensaje con el cual la estrella del rock aceptaría finalmente que era seropositivo (lo sabía desde cuatro años antes) fue leído al día siguiente, el 23 de noviembre, por la agente publicitaria Roxy Meade y decía textualmente:
“Después de todas las conjeturas hechas por la prensa en las dos últimas semanas, deseo confirmar que fui diagnosticado VIH positivo y tengo SIDA. Sentí que lo correcto era mantener esa información privada, para proteger la privacidad de quienes me rodean. Pero ya es tiempo de que mis amigos y fans sepan la verdad y espero que se unan, a mis doctores y a todos los que están luchando alrededor del mundo contra esta terrible enfermedad. Mi privacidad siempre ha sido especial para mí y soy famoso por casi no dar entrevistas. Por favor entiendan que esa política continuará”.
Mercury falleció el 24 de noviembre de 1991, es decir, al día siguiente de haber emitido el mensaje, cuando tenía 45 años. Su verdadero nombre era Farrokh Bomi Bulsara y había nacido el 5 de septiembre de 1946 en Zanzíbar (actual Tanzania).