Cada vez que se ejecuta una acción, existe un delicado mecanismo que se pone en marcha. A merced propia de la persona está la decisión para elegir si seguir o no en dicha dirección. Uno de los errores que usualmente detectamos en ellas es en el plazo que otorgan al cumplimiento, porque se aproximan para recibir sus saludables efectos, pero al no gustar y pasarse del límite de disfrute, terminan trabajando “para”, sin recibir más beneficios, notar cambios o incluso la apreciación de cuál actividad hayan elegido se torna más tediosa, la persona se vuelve disconforme con lo que había comenzado. La mayoría de nosotros necesita un estímulo externo para entregar lo mejor de sí, comenzando con un ejemplo tan común como es la alarma para levantarse. Situaciones críticas, la enfermedad y la degradación natural de huesos pueden ser motor de búsqueda para explorar nuevos caminos y recursos, donde sentirse conformes y, así, quitarnos las dudas. El reto es no pasarse del plazo que disponemos de tránsito, es decir, evaluar para mantener aquello a lo cual nos acercamos porque nos sirve de verdad y no terminar como en la extraña situación donde nos veamos trabajando disconformes.ColaboraCésar Aguirre Ayrault Bodyworks y Masaje californianoCel 3764791631e-mail: [email protected]: Equilibrando Nos
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