Menos de tres minutos, eso duró el asalto al empresario arenero Juan Carlos Scholz, la noche del lunes 21 de este mes, en su casa de San Ignacio, donde recibió un balazo en el estómago que le provocó la muerte cuando intentaba alcanzar a los criminales.Por el crimen hay cuatro detenidos, que hace pocas horas fueron imputados por el delito de “homicidio en ocasión de robo”.
Entre estos sospechosos se encuentra el presunto responsable ideológico o el hombre que efectuó la logística del asalto.Resta, para cerrar el círculo alrededor de esta banda, la captura de un quinto involucrado.
Los detectives indicaron que se trata del delincuente que estaba al volante del coche en que se movilizó la banda que ultimó al empresario.La imputación provisoria, que será confirmada o rechazada con posterioridad por el Ministerio Público Fiscal, al momento de efectuar el requerimiento de elevación a juicio, fue adoptada por el juez de Instrucción 1, Marcelo Cardozo.
La virulencia del ataque fue terrible, impiadosa y contundente. El empresario fue emboscado por los tres criminales; se trenzó en lucha cuerpo a cuerpo con uno de ellos y en medio del forcejeo, recibió un tiro de revólver que le afectó el bazo y los intestinos.
En realidad, el tirador realizó tres disparos poniendo en riesgo incluso la integridad física del cómplice que luchaba con el dueño de casa.
Uno de los proyectiles, percutados por un revólver calibre .38, impactó en la víctima. Scholz cayó al suelo y fue blanco de un ataque despiadado a golpes de puño y patadas.
No terminó ahí
El mismo malviviente que luchó con él segundos antes, le destrozó la cabeza y la culata del arma de fuego de tantos golpes que le asestó en el cuero cabelludo.
El empresario quedó tendido en el piso del garaje mientras dos asaltantes requisaban la vivienda en busca de dinero.Uno de ellos, como se observa en las imágenes de video, en determinado momento salió de la vivienda con un maletín pero repleto de papeles, por eso lo abandonó en el estacionamiento.
Poco más de dos minutos después del disparo, Scholz se recuperó y en un descuido de los atacantes, reingresó en la casa, dejándolos afuera.
Los malvivientes, pese a que patearon la puerta, desistieron de su accionar, subieron a la camioneta marca Toyota Hilux de la víctima y escaparon.
Antes, debieron sobrellevar la torpeza del conductor que no encontraba la manera de sacar el vehículo de la cochera, dejando en evidencia que jamás condujo un vehículo con caja automática.
Pasaron poco más de tres minutos del momento en que los asaltantes se dieron a la fuga, cuando Scholz salió del inmueble.
Con el cuerpo completamente cubierto de sangre, el tranco cansino y un revólver en la mano derecha, subió a la camioneta Ford F-100, de su empresa, para perseguir a los responsables del feroz atraco.Una versión también indicó ayer que no era descabellado pensar en que intentó llegar al hospital de San Ignacio.
De una manera u otra, lo cierto fue que no logró su cometido. Murió en la cabina de la pick up, con el motor aún encendido y con el revólver a su lado.
Una hemorragia interna, secuela del impacto del proyectil en órganos vitales, desembocó en un shock hipovolémica mortal.
Los asesinos escaparon pero jamás imaginaron que sus rostros serían captados por cámaras de seguridad que no vieron en el interior de la vivienda.Una de ellas, ubicada en el exterior de la propiedad, captó el número de chapa patente del VW Gol en que se movieron los criminales. Así los atraparon.
Silencio
Los cuatro hombres arrestados en una redada policial encabezada por el juez de Instrucción 1, Marcelo Cardozo, en barrio Fátima, por su vinculación con el asesinato de Scholz, se abstuvieron de prestar declaración indagatoria ante el citado magistrado.La estrategia es lógica, deberán pensar bien en la coartada ante la contundencia de las cámaras de seguridad que captaron sus movimientos la noche del 21 de este mes en San Ignacio.Mientras, seguirán tras las rejas, indicaron las fuentes.