Más allá de la pericia y diligencia de los investigadores en dar con el paradero de los sospechosos y de manejar la información con cautela para que no se dieran a la fuga, lo cierto es que las cámaras de seguridad instaladas en la casa del empresario arenero Juan Carlos Scholz, asesinado de un balazo el domingo pasado en San Ignacio, fueron decisivas para atrapar a los responsables.Las imágenes captaron los rostros y cada una de las secuencias de cómo se produjo el asalto y posterior muerte del hombre de 53 años. En uno de los videos -narró uno de los detectives- puede verse el momento en que el VW Gol llega a la propiedad y sobre todo, la chapa patente.Esa información fue, justamente, la que guió a los investigadores hasta el barrio Fátima de Posadas. Insólitamente, el dominio del vehículo estaba registrado a nombre de uno de los detenidos.La serie de allanamientos fue encabezada por el juez de Instrucción 1 de Posadas, Marcelo Cardozo. En la oportunidad, fueron detenidos cuatro hombres, de 20, 27, 32 y 41 años.El sospechoso de 27 años habría sido el que jaló del gatillo y acabó con la vida del empresario arenero. En su domicilio, precisamente, se procedió al secuestro de un revólver .38.Casualidad o no, las conclusiones periciales indicaron que Scholz murió como consecuencia de una herida de arma de fuego, provocada por un proyectil calibre .38.El juez de la causa aguardará la pericia balística para confirmar, o en su defecto descartar, si se trata del arma homicida.Con las imágenes de las cámaras de video como guía, los investigadores reconstruyeron paso a paso lo que sucedió el domingo, en horas de la noche, en la vivienda ubicada en San Ignacio.Los criminales llegaron y escaparon en un VW Gol, además de llevarse la camioneta Toyota Hilux de la víctima. Justamente, la chapa patente de ese vehículo llevó a la Policía hasta los autores del crimen.La reconstrucción policial sindica al sospechoso de 27 años como responsable del disparo que mató a Scholz y al de 32, conocido en el ambiente como “Murdock”, como el que se trenzó en una pelea cuerpo a cuerpo con el dueño de casa.El coche en que arribaron los criminales fue adquirido primero por uno de los imputados, de 41 años, conocido como Polaco Mario, quien luego se lo habría vendido a “Murdock”.En la visión de los pesquisas, el autor ideológico y supuesto financista de la operación criminal fue Polaco Mario. Al parecer, este hombre se dedicaría al rubro de la construcción y en ese ramo habría accedido a información relacionada a los movimientos de la víctima.No obstante, la información que habría dado al resto de la gavilla fue, cuanto mínimo, incompleta.Ninguno de los integrantes estaba al tanto de la existencia de unas veinte cámaras de seguridad en el interior de la propiedad del empresario.Por eso no se tomaron siquiera el trabajo de sacarle la chapa patente original al VW Gol. Creían que había solo una cámara de seguridad, en la entrada de la vivienda, razón por la que se taparon los rostros cuando ingresaron.Llegaron y se retiraron confiados en que no los atraparían. Nada más lejano de la realidad. Para el juez de Instrucción 1 de Posadas, Marcelo Cardozo, prácticamente no hay dudas de que se trató de un homicidio en ocasión de robo, aunque esto no significa que sea la acusación definitiva.El lamentable episodio trascendió el domingo, hacia las 21.20, cuando la Policía encontró una camioneta Ford F-100, aún con el motor encendido, sobre la calle Horacio Quiroga, a escasos metros de la intersección con Sargento Cabral.Adentro yacía el cadáver del empresario Juan Carlos Scholz, completamente ensangrentado por las heridas cortantes en el cuero cabelludo debido a los culatazos de una pistola 9 mm. y el balazo en el estómago.A su lado estaba el revólver calibre 357 con el que pensaba dar alcance a los criminales. Lamentablemente murió antes de alcanzar su cometido.
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