A pocos días de celebrarse la fiesta de San José, patrono de nuestra ciudad de Posadas, les invito a reflexionar sobre las grandezas del más Santo de los Santos para inspirarnos en los valores que caracterizaron su vida de servicio y que son necesarios imitarlos en estos tiempos de crisis socio-económico que estamos viviendo como país.Coincidentemente con la fiesta de San José, también nos sorprendió el inicio del Papado de Francisco quien nos recordó que “en los Evangelios, San José aparece como un hombre fuerte y valiente, trabajador, pero en su alma se percibe una gran ternura, que no es la virtud de los débiles, sino más bien todo lo contrario”. Creo que es uno de los primeros aspectos que hemos de repetir como cristianos. La crisis social y económica que vivimos nos llama a ser fuertes, valientes y trabajadores. Son muchas las tentaciones que incitan a acomodarse en un cargo con buen sueldo, desperdiciando tantas capacidades que tenemos como personas y que aprovechadas en plenitud, redundarían en beneficio de todos. San José ejemplo de santidad, nos llama a una nueva cultura del esfuerzo y del trabajo.Su vida se destaca por su gran capacidad de compasión y misericordia. En medio de las adversidades y en situaciones claves en las que debía tomar decisiones, lo que siempre lo sostuvo fue el amor y la misericordia, su gran capacidad para mirar la vida con los ojos del amor y atender la necesidad de protección y cuidado que necesitaba Jesús. El amor verdadero y comprometido lo llevó a una entrega fiel.El Padre terrenal de Jesús nos llama a la prudencia y discreción en aquellas situaciones dudosas y cuando no invade la angustia. En los momentos de incertidumbres y conflictos, centenares de nuestras familias entran en crisis, se quiebran las relaciones lo que convierte a la convivencia en un estado insostenible. San José nos llama a enfrentar las situaciones de dudas, conflictos y situaciones angustiantes de la vida desde la fe y la prudencia, buscando el equilibrio y la mayor conveniencia para todos los miembros de la familia. Y es allí donde radica su capacidad para sostener y gobernar a la familia.Creo que hoy necesitamos sensatez para alcanzar la unión tanto en el gobierno de la propia familia como de la sociedad en su conjunto. Pero no es tarea fácil en una sociedad donde falta más reflexión, silencio y por sobre todas las cosas oración en familia.San José nos invita a llevar con paciencia nuestra pobreza y desamparo. En estas primeras semanas hemos vivido tantas situaciones de protestas, marchas, tensas negociaciones de las paritarias, etc. que nos estamos acostumbrado a vivir en una sociedad donde todo se resuelve en una lucha de poder y de reclamos. Este Santo custodio de la Sagrada Familia, nos incita a la generosidad ante la necesidad del otro, un amor incondicional en favor del desamparado aunque tengamos que resignar nuestros propios pensamientos e ideologías. Así también es un trabajador dócil que es capaz de superar las situaciones de pobreza y desamparo con honor y esfuerzo sincero… Pero como si todo esto fuera poco, su mayor mérito ha sido ser un gran hombre de Dios. Sostuvo la fidelidad en la escucha incondicional a la voz de Dios, en todo momento de su vida. Ese apego al Padre Celestial se tradujo en la esperanza plena que depositó en la divina providencia. También nosotros, en este año del Jubileo de la Misericordia y en especial en este tiempo de preparación para la Pascua, cuando rezamos con mayor fuerza e intensidad por la conversión, pidamos la intercesión de San José para que nos conduzca por los caminos del amor, la prudencia y la rectitud y así alcanzar la gracia de seguir en el camino de su hijo Jesús.
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