Así como la música está compuesta por una cantidad de límites, los compositores se encargan de ordenar y desordenar a veces a su antojo, toda literatura se escribe con las mismas letras y, finalmente, con las mismas palabras o más o menos digo, para darme ánimos al enfrentar la pantalla blanca, que viene a remplazar en estos tiempos al mismo blanco; con la nada, el vacío, el abismo insondable del pensamiento nulo. Si escribí más de veinte años puedo seguir haciéndolo.Entré entonces en el pantanoso terreno de las reflexiones previas al trabajo, donde intentan evaluarse recursos y carencias.Arena movediza para el que escribe porque como ley física inexorable a cada idea que parece verde esmeralda de la esperanza, empujando hacia arriba con ímpetu para empezar de una vez. Le sucede, sin otra idea de la misma fuerza, pero que apunta irremediablemente al sótano y manda el ánimo más bajo todavía, tiñendo de gris oscuro hasta el cuento de nunca acabar.Siguiendo la comparación musical, esto de los géneros no deja de tener sus bemoles, es difícil mantener un sostenido estilo y hay muchas que sueñan con una sinfonía y terminan optando por la fuga lisa y llana. ¡Chau!.. ¡Adiós impulso!Haiku Son manos locas de pianista y escritoreslas que nos hablan.Colabora: Aurora Bitó[email protected]
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