POSADAS. El cambio climático en la producción ganadera implica en primer lugar que los animales sean afectados por el estrés del calor. Este estrés presenta anormalidades metabólicas que empeoran cuanto más aumenta la temperatura corporal del animal. Por lo que afecta negativamente la rentabilidad y viabilidad económica de la actividad ganadera en el país. El mayor impacto económico se aprecia en la producción y la reproducción.Ricardo Quiroz secretario de la Sociedad Rural de Misiones (SRM) en una entrevista con PRIMERA EDICIÓN explicó, en primer lugar, que “los dos fenómenos naturales extremos -tanto la sequía como las inundaciones- producen un estrés en el animal. Ese estrés significa que los animales sufren innumerables trastornos que los afectan considerablemente, provocando que el ganado limite drásticamente sus actividades como: jugar, comer y aparearse. Asimismo, el dirigente agregó: “En los años muy calurosos como son los que se registraron en estos últimos tiempos, si van acompañados de lluvias no sería el mayor inconveniente, pero si van acompañados de sequías es complicado, porque faltará el recurso forrajero al faltar la comida. Pareciera que los campos se te achican y la cantidad de ganado que tenes dentro de los mismos es mucho menor, entonces no hay muchas alternativas más que salir a vender. Si no lo podés vender, corrés el riesgo de que se te mueran o se ponen muy flacos, entonces venís corriendo siempre con los dos extremos del cambio climático”, remarcó.El clima subtropical. “La ventaja nuestra es que tenemos un clima subtropical sin estación seca, todo el año llueve a veces más a veces menos. Más en primavera y más en otoño, salvo, los meses de diciembre y enero el régimen de lluvia siempre es menor. En esos casos los productores lo que tratan de hacer es que todos aquellos que tienen posibilidad crían bajo un sistema silvopastoril, es lo ideal, porque la temperatura ambiente debajo de los árboles cambia notablemente, permitiendo de esta forma amortiguar el calor”, destacó Quiroz de la Sociedad Rural de Misiones. Los sistemas silvopastoriles bajo plantaciones forestales surgen como respuesta a esas necesidades, no sólo por ser un sistema viable y adaptable para la mayor parte de las regiones en cuestión, sino también por resultar en una serie extra de beneficios para la actividad ganadera y para los productores que lo implementen, destacándose entre ellas el atractivo retorno que presentan. En este sistema interactúan cinco componentes: el componente arbóreo, el componente ganadero, el forrajero, el suelo y el clima. El mismo inconveniente puede ocurrir en invierno, advirtió Quiroz. “ Si bien nosotros no tenemos grandes periodos de helada pero, si en agosto o julio llegan a caer dos o tres heladas, ya sería suficiente para que te quedés sin pasto, pero si los ganados están bajo un sistema silvopastoril, el árbol amortigua las heladas y produce un microclima, entonces hace que el efecto del frío no sea nocivo para el animal, en cambio si están a cielo abierto te vas a quedar sin pasto y sin recurso. En el invierno problemas de agua no hay, el problema del invierno son las heladas”, explicó.El mayor inconveniente en estos últimos tiempos fueron, “además del factor climático, los parásitos externos -llamados también ectoparásitos- como garrapatas, uras, sarnas, tábanos y moscas de los cuernos, entre otros, perjudiciales para el buen desarrollo del animal. En Misiones, las altas temperaturas y altos niveles de humedad, es ideal para que estos parásitos se desarrollen en este tipo de clima. En las zonas donde llueve regularmente, imperando una alta humedad y clima cálido, se dan las condiciones óptimas para el desarrollo de varias generaciones de garrapatas por año, de modo que la plaga se hace sentir constantemente”, aseguró.





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