Testigos complicaron más al acusado

POSADAS. La situación del único imputado por el crimen de la adolescente Angélica Ramírez (14) se sigue complicando conforme avanza la etapa de testimoniales en el juicio oral y público. Durante la octava jornada del citado debate, tres testigos ratificaron que vieron la camioneta del “panadero” Francisco Bourscheid (53) cerca de la escena donde fue hallado el cadáver de la menor, en inmediaciones al barrio San Francisco de Puerto Rico. En primer turno, una mujer identificada como Elena Báez, dijo que aquel 26 de septiembre de 2012, entre las 20 y las 20.30, observó la camioneta (tipo furgón de color rojo) del acusado cerca de la entrada al mencionado barrio. Fue cuando la testigo ingresaba en su vehículo a ese complejo habitacional para dejar a una amiga. Posteriormente, una de las ocupantes del mismo rodado, Vanina Aranda, que trabajaba en un comercio de Garuhapé, reconoció dicho furgón como el de la misma persona que repartía pan en la zona e iba al negocio donde ella se desempeñaba como empleada. Esta testigo también afirmó que lo vio ingresar al local con una herida en un brazo.  La tercera ocupante del auto de Báez, de nombre Gisela Blanco, coincidió con lo manifestado por sus amigas y agregó que había dos personas dentro de la camioneta y que una era mayor que el otro, pero no pudo precisar ningún otro detalle relacionado al aspecto físico. Otra arista sobresaliente del debate de ayer fue que la fiscal Liliana Picazo solicitó al Tribunal la detención de un testigo por falso testimonio. Se trata de Aníbal Stofd, quien no brindó la misma declaración que durante la instrucción de la causa. Este joven habría sido quien estuvo en la entrada del barrio junto al “panadero” -según lo habría dicho el mismo imputado- el día anterior al hallazgo del cadáver de la víctima. Stofd señaló que  Bourscheid era conocido de su padre y por eso lo acercó a la casa de un tío y que en la intersección donde fue vista la camioneta del acusado quedaron dialogando dentro del rodado -estacionado- unos 30 minutos. Agregó que lo vio lastimado, pero se equivocó de brazo y reveló que no lo dijo antes porque en la comisaría le querían obligar a decir algunas cosas y no le leyeron su declaración.