OBERÁ. A más de tres años de la muerte de Mario Wasyluk, en una de las celdas de la comisaría seccional Primera de esta ciudad, la Justicia aún no cerró la investigación. El colmo es que, aparentemente, se disponía a elevar las actuaciones a debate oral y público cuando aún resta definir la situación procesal de tres imputados, quienes en su momento fueron beneficiados con la falta de mérito pero continúan sujetos a proceso.Así se desprende de un petitorio presentado por los abogados Romeo Roque Schwengberg, excamarista de Oberá, y Héctor Rafael Pereyra Pigerl, quienes se constituyeron en querellantes particulares en representación de los deudos de Mario Wasyluk.No lo dice el escrito, y menos aún los abogados, pero se trata de una suerte de ayuda memoria para recordar al magistrado que no puede elevar el expediente a juicio sin definir de qué acusa a cada uno de los involucrados ni mencionar en detalle qué responsabilidades se les atribuye. De no hacerlo, sería violatorio del derecho de defensa, debido proceso y principio de congruencia que juega a favor del imputado: nadie puede defenderse si no sabe de qué se lo acusa.Schwengberg y Pereyra Pigerl mencionaron los casos concretos de Wilson Gonzáles, el médico José Orlando Morales y Jorge Antonio Heijo, a los que se les dictó la falta de mérito pero continúan sujetos a proceso porque el magistrado aún no definió si los acusa o no.Aparentemente, el juez Alarcón corrió vista a la fiscalía para que decida si están dadas las condiciones para elevar la causa a juicio. Como la querella ahora es parte del proceso, fue notificada de la medida. En ese contexto es que solicitó que se arbitren las medidas necesarias para resolver el destino procesal de los funcionarios mencionados, dos policías y un médico policial, y evitar futuras nulidades.“A nuestro criterio la instrucción no está completa, resultando imprescindible sanearla de algunas deficiencias procesales, procurando la elevación a juicio de una causa libre de defectos que lleven el germen de futuras nulidades…”, indicaron los letrados en su presentación.El episodioHugo Wasyluk (38) fue alojado en la comisaría seccional Primera de Oberá el 25 de abril de 2011 a la noche, luego de ser detenido en Villa Bonita. A las 0.20 del miércoles 27, de ese mismo mes, fue hallado muerto en el calabozo número 2 de esa comisaría, sentado sobre el inodoro. “Mamá traeme frazadas, dame comida, tengo hambre”, fueron las palabras que repitió varias veces Wasyluk antes de morir.Uno de los efectivos de la Primera, procesado en la causa, fue quien contó esos detalles a la Justicia y también reconoció que el 26 de abril a la mañana “sólo se controló la celda 1, mientras que la 2, donde se encontraba Wasyluk, no se abrió”. Esa misma mañana el uniformado en cuestión, al entregar la guardia, dejó constancia en el libro que “no coincidía el informe médico con los síntomas que presentaba el detenido”.La causa de la muerte de Hugo, según determinó la autopsia, fue “un shock hipovolémico y asfixia por aspiración de líquido intestinal”. El cadáver presentaba “múltiples lesiones traumáticas a nivel torácico de tipo compresivas, producidas con gran peso”, de acuerdo a lo que concluyeron los forenses. “Tenía un gran hematoma retroperitoneal que se produce por traumatismos o hiperflexión del tronco que provocó el desgarro de vasos arteriales que irrigan el intestino, lo que ocasionó el shock por la continuas pérdidas de sangre y la parálisis de los intestinos y abundante líquido intestinal, que es lo que provocó la aspiración que lleva a la asfixia y a la muerte”, determinaron los médicos forenses. Más de tres años después, la justicia aún no llega para sus familiares.
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