ALEMANIA. Un hombre de 57 años estuvo desde 2011 peregrinando de médico en médico sin que nadie lograra diagnosticar su enfermedad, que consistía en una serie de síntomas muy marcados pero sin aparente conexión entre sí.Perdió el oído, la vista, y comenzó a levantar fiebre sin que pudieran detectarle ninguna infección. Le diagnosticaron, eso sí, un mal funcionamiento de la glándula tiroides, algo que no es infrecuente en personas mayores y que provoca -entre otros síntomas- fatiga, sensación de debilidad y dolores musculares y articulares. Le diagnosticaron una inflamación del esófago causada por ácidos procedentes del estómago (o reflujo gastroesofágico).Al límiteEn mayo del 2012, un año después del inicio de los síntomas, estaba al borde de la muerte. Ingresó en el hospital Universitario de Marburgo (Alemania) con una grave insuficiencia cardíaca. En aquel momento estaba ya prácticamente ciego y sordo. Según los detalles del caso que se presentarán esta semana en la revista médica The Lancet, su corazón tenía tan poca fuerza que sólo conseguía bombear en cada latido una cuarta parte de la sangre que le había entrado. Los médicos del nosocomio pensaron en un primer momento que el paciente podía tener una enfermedad coronaria, ya que es la causa más común de insuficiencia cardiaca. Pero sus arterias coronarias estaban en buen estado. Pasa en la tele, pasa en la vida…Fue entonces cuando Juergen Schaefer, director del Centro de Enfermedades No Diagnosticadas del hospital y ahora conocido como “El Dr House alemán”, recordó un episodio de la serie House. Concretamente, el episodio “Médico de familia”, de la temporada 7, en el que una mujer tiene un problema de corazón y varios síntomas aparentemente inconexos. En la serie, el doctor House llega a la conclusión de que la mujer sufre una intoxicación por cobalto debida a una prótesis de cadera defectuosa.El paciente de Marburgo también tenía una prótesis de cadera metálica hecha con cobalto. Se la habían implantado en noviembre del 2010, medio año antes del inicio de los síntomas, para sustituir otra prótesis que se le había estropeado por un accidente. Dos datos adicionales hicieron sospechar a Schaefer de la intoxicación por cobalto. El paciente tenía ganglios inflamados en la zona de la cadera izquierda y en el tórax, algo a lo que no se había dado excesiva importancia en el contexto de sus muchos problemas de salud pero que indicaba que debía tener algún problema en la zona de la cadera. Además, la prótesis de cobalto se le había implantado para sustituir una prótesis de cerámica, algo que “está totalmente contraindicado porque los restos de cerámica que queden en la articulación pueden dañar la pieza de cobalto”, declaró Schaefer.Una radiografía de la cadera y un análisis de sangre confirmaron que efectivamente la nueva prótesis estaba dañada y que el nivel de cobalto en la sangre multiplicaba por mil el nivel máximo recomendado. Una vez establecido el diagnóstico, se sustituyó el implante por una nueva prótesis de cerámica.Un año después de retirarle la prótesis metálica, la fiebre y la inflamación del esófago habían desaparecido. La insuficiencia cardíaca había mejorado, aunque se le tuvo que implantar un desfibrilador automático y su corazón seguía latiendo con poca fuerza, con una fracción de eyección del 40%. Su visión y su oído no se han recuperado.Fanático de HouseSchaefer, que se declara “fan de House”, defiende el valor de la serie tanto para la formación de los médicos como, más raramente, para el diagnóstico de casos difíciles. “Utilizo episodios de House en clase desde hace cinco años para atraer la atención de los estudiantes hacia enfermedades inusuales”, declaró al diario La Vanguardia. “Esta estrategia educativa puede sonar extraña, pero es muy efectiva”, defendió. El episodio de la intoxicación por cobalto, emitido por primera vez en el 2011, es precisamente uno de los que ha utilizado en los dos últimos años.Las ocasiones de aplicar las enseñanzas de House en la práctica diaria del hospital son excepcionales, admite Schaefer. Además, “también hubiéramos diagnosticado al paciente sin la ayuda del doctor House”. Pero reconoce que probablemente no hubieran identificado el problema tan rápido.El caso, concluye Schaefer, “debe servir para concienciar sobre los riesgos de las prótesis metálicas si se utilizan para sustituir prótesis de cerámica”.“Las prótesis metálicas son excelentes si se utilizan correctamente”, señalaron especialistas. “Si están bien implantadas, no hay riesgo de que liberen metales tóxicos a la sangre”, agregaron. Igualmente se recomienda hacer un seguimiento del paciente para comprobar que no causa problemas.





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