WASHINGTON, Estados Unidos (Agencias y diarios digitales). En su discurso anual del Estado de la Unión, Obama presentó un escenario económico camino a la recuperación, con los niveles de desempleo más bajos en cinco años, mayor producción energética doméstica, y el regreso de Estados Unidos (EEUU) a la cima mundial como destino de inversiones. “Por eso creo que éste puede ser un muy buen año para el país”, dijo Obama en el Capitolio de Washington, sede del Congreso.“Tras cinco años de grandes esfuerzos, EEUU está mejor posicionado para el siglo XXI que cualquier otro país en la Tierra”, aseveró el mandatario ante los legisladores. A pesar de ello, “los que están arriba no pueden estar mejor” mientras los “salarios promedio apenas se han movido, la desigualdad se ha profundizado y la movilidad ascendente se ha paralizado”, lamentó.Asegurando que es labor del Gobierno “revertir esas tendencias” el mandatario presentó una serie de propuestas “concretas y prácticas para acelerar el crecimiento, fortalecer la clase media y construir nuevas escaleras” de ascenso social.El Gobierno propuso el incremento del sueldo mínimo, igualdad salarial para las mujeres y grupos de diversidad sexual y reformar el sistema de patentes, entre otros, informó la Casa Blanca. Algunas de esas medidas, “van a requerir una acción del Congreso y estoy entusiasmado de trabajar con todos ustedes”, afirmó Obama. EEUU “no se queda quieto y yo tampoco. Así que donde y cuando pueda tomar pasos sin legislación para expandir las oportunidades para más familias estadounidenses, eso es lo que haré”, advirtió el presidente.La primera decisión que anunció el presidente es que en los próximos días decretará que los nuevos trabajadores contratados por el Estado federal pasarán a cobrar un salario mínimo de 10,10 dólares la hora, frente a los 7,25 dólares de ahora. En el Congreso se está estudiando una propuesta para subir el salario mínimo, pero su aprobación es incierta debido a la hostilidad de los republicanos. Esa medida beneficiaría directamente a cerca de 17 millones de estadounidenses, según el Economic Policy Institute, mientras que la propuesta de Obama concierne a cerca de 250.000 trabajadores.Estos datos muestran el alcance de las medidas administrativas en un país donde la Constitución define un delicado equilibrio de poderes. La Cámara de Representantes, por ejemplo, es la única que puede autorizar nuevos gastos. “En los próximos meses, vamos a ver en dónde más podemos hacer avances juntos. Hagamos de éste un año de acción”, afirmó Obama, que inicia el segundo año de su segundo y último mandato.El republicano John Boehner, presidente de la Cámara de Representantes, estimó que tras cinco años en el poder “Obama está visiblemente corto de ideas” y es “un presidente más ideológico que interesado en una solución a los problemas que preocupan a la gente”.“Cada vez más y más personas se quedan atrás, porque las políticas del presidente están haciendo la vida más difícil”, dijo por su parte Cathy McMorris Rodgers, congresista encargada de la respuesta republicana.Reforma migratoriaComo en 2013, Obama pidió nuevamente al Congreso aprobar una reforma migratoria para regularizar la situación de los 11 millones de personas que viven ilegalmente en EEUU.El Senado estadounidense aprobó en junio una reforma bipartidista de la legislación migratoria, incluyendo una vía de trece años para adquirir la ciudadanía. Pero los republicanos que controlan la Cámara de Representantes desde 2011 se han negado a llevar la cuestión a voto. Las dos cámaras deben adoptar una ley idéntica.Repaso internacionalComo es costumbre en estos discursos, el mandatario repasó la situación internacional.Respecto a la larga lucha contra el terrorismo, Obama dijo que Estados Unidos puso a Al Qaeda “en el camino de la derrota” pero advirtió que su “amenaza evolucionó” y grupos anexos toman raíces en nuevos lugares en el mundo como Yemen, Somalia, Irak o Mali.El mandatario manifestó un amplio respaldo a los opositores en Ucrania que se han movilizado desde noviembre contra el presidente, Víktor Yanukóvich, defendiendo su derecho a “expresarse libre y pacíficamente” y tener la palabra para definir el “futuro de su país”. Irán en la agendaObama, advirtió al Congreso de que vetará cualquier proyecto de ley que incluya nuevas sanciones a Irán durante el plazo de negociaciones entre el Grupo 5+1 y el régimen iraní, y urgió a “darle una oportunidad de éxito a la diplomacia”.“Déjenme aclarar algo: si este Congreso me envía ahora un nuevo proyecto de ley de sanciones que amenace con descarrilar estas negociaciones, lo vetaré”, dijo Obama durante su discurso del Estado de la Unión ante ambas cámaras del Congreso.“Por el bien de nuestra seguridad nacional, tenemos que darle una oportunidad de éxito a la diplomacia”, agregó. “Si los líderes de Irán no aprovechan esta oportunidad, yo seré el primero en requerir la aplicación de más sanciones y estaré listo para ejercer todas las opciones necesarias para asegurar que Irán no fabrique un arma nuclear”.Pero si los líderes iraníes “aprovechan esta coyuntura”, prosiguió Obama, “entonces Irán podría dar un paso importante para volver a formar parte de la comunidad de naciones”, y EEUU habrá “solucionado uno de los desafíos principales en materia de seguridad de nuestra época, evitando los riesgos de una guerra”.El grupo 5+1 (EEUU, Reino Unido, Francia, Alemania, Rusia y China) alcanzó el pasado 24 de noviembre un acuerdo preliminar con Irán en virtud del cual el Gobierno iraní congeló desde la semana pasada los aspectos más polémicos de su programa nuclear, a cambio de un alivio moderado del régimen internacional de sanciones.El gobierno de Obama ha encontrado dificultades a la hora de vender ese acuerdo al Congreso y desde hace dos meses trata de convencer a republicanos y demócratas en el Senado de que no aprueben un proyecto de ley bipartidista que impondría nuevas sanciones a Irán en caso de que fracasen las negociaciones.En virtud del acuerdo preliminar con Irán, el 5+1 ha dejado sin e
fecto sanciones como la prohibición al país de transportar su petróleo, la de comerciar con oro y metales preciosos, las restricciones a los productos petroquímicos y el veto a ciertas transacciones financieras con bancos iraníes.La apertura del Gobierno a Irán le ha valido además una trifulca con Israel, cuyo primer ministro, Benjamin Netanyahu, ha llegado a calificar el acuerdo negociado como “un pacto de ensueño” para Teherán.





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