La presidenta, Cristina Kirchner, sorprendió el jueves con el reemplazo en el Ministerio de Seguridad de Nilda Garré por Arturo Puricelli; y ubicando en la cartera de Defensa al jefe de la bancada oficialista en Diputados, Agustín Rossi, a quien se le escapaba de las manos la reelección como referente del kirchnerismo santafesino. El desgaste notorio de la figura de Garré, que inició con paso firme su gestión desde el Ministerio de Defensa, pero una vez ascendida a la estratégica cartera de Seguridad, por tener incidencia en la sensible -y politizada- problemática de la inseguridad, se terminó desdibujando y perdiendo protagonismo a manos del secretario Sergio Berni.Garré fue nominada para ser embajadora en la OEA, cargo que debe pasar por el aval legislativo, y que le permitiría una salida elegante del escenario de la campaña electoral en la que, simbólicamente, el kirchnerismo se embarcó efectivamente a partir de la concentración del 25 de Mayo, que convirtió en una reivindicación de la gestión de gobierno y, principalmente, del legado del ex presidente Néstor Kirchner.Las denuncias sobre corrupción contra el empresario amigo de Kirchner, Lázaro Báñez, que desde la plataforma del programa del periodista Jorge Lanata y las presentaciones de la diputada Lilita Carrió pasaron a la Justicia, se constituyeron en las últimas semanas en el eje aglutinador del discurso opositor, que sobre esa base intentó avanzar esta semana en el Congreso en un posible acuerdo electoral. Por su lado, con el antecedente de la demostración de fuerza del 25 de Mayo a sus espaldas, que matizó la idea de una debacle electoral anunciada del kirchnerismo, la Presidenta aludió a las críticas sobre corrupción en su gobierno y apuntó a quienes “cuando dicen las cosas que dicen” de ella y su difunto esposo, Néstor Kirchner, “miran para el otro lado”. “No crean que soy estúpida”, advirtió.En sus duras declaraciones, en un acto de entrega de viviendas en Lomas de Zamora, Cristina no dio nombres pero abundó en sugerencias sobre dónde buscarlos, al decir que le llama la atención que algunos dirigentes sean “intocados”. “¿Por qué le pegan a uno y a otros no?”, se preguntó; y se respondió ella misma: “Cuando no tocás los intereses de las corporaciones, te cuidan”.Dar la cara La mayoría de los analistas entendió que los que debían sentirse aludidos eran el gobernador bonaerense Daniel Scioli y el jefe comunal de Tigre Sergio Massa, los dos dirigentes del oficialismo que han mantenido una constante media sonrisa hacia el lado de la oposición. Scioli, ocupado en dar respuestas a una cruenta huelga docente en su distrito, que ya mantuvo cerradas durante doce días a las escuelas, relativizó a su manera el viernes en Tandil las versiones sobre una ruptura que hicieron rodar los dichos de Cristina: “Había mucha expectativa de mi presencia aquí a ver qué definición daba, que iba a romper… Pero lo que busco romper desde el primer día de la gestión es con las injusticias, con las cocinas de paco, con las mafias de los desarmaderos, seguir dando esta lucha sin tregua contra la inseguridad”, indicó, en una clara alusión a los rumores de ruptura. Al igual que Sergio Massa, Scioli no se apura hoy en maximizar sus diferencias con el Ejecutivo, pese a que en muchos momentos se lo vinculó al armado electoral opositor. El Gobierno, por otra parte, logró la sanción definitiva de la ley de reforma del Consejo de la Magistratura, que ya obtuvo una impugnación de parte de dos magistrados, ante lo cual el oficialismo, atento a lo que es el inicio de una nueva y probablemente larga batalla judicial, prepararía un per saltum para llegar cuanto antes a la Corte Suprema. También se aprobó en el Congreso la ley de blanqueo de capitales; y, paralelamente, se puso en marcha la nueva etapa de congelamiento de precios con la difusión de los 500 productos protegidos con precios sostén en las grandes cadenas de supermercados del país. Si bien el activismo de Guillermo Moreno consiguió contener parcialmente los aumentos, la estrategia no parece la adecuada como para hacer retroceder la tendencia inflacionaria. En la provincia, donde el congelamiento de precios de Moreno no impacta decisivamente, y el adelantamiento de las elecciones marca un microclima político propio, las diferentes fuerzas políticas iniciaron ya, y especialmente el Frente Renovador -que corre con la ventaja del aparato del Estado a su favor-, una acelerada campaña para los comicios del 30 de junio, a priori sin grandes expectativas del electorado. Carrera aceleradaTras el operístico lanzamiento de los candidatos del oficialismo en el Centro del Conocimiento, se destacan las reacciones de “pichados” que se quedaron sin el cargo que creían seguro, o de quienes cuestionan el perfil de los candidatos seleccionados y en muchos casos “ inventados” por el jefe político de la renovación, como Julio Vivero, quien paradójicamente inauguró su campaña de cabeza de la lista municipal del FR en Posadas con una incursión a una popular barriada de la que salió abucheado. En los corrillos políticos se comenta que la decisión de Rovira de entregar al intendente Orlando Franco y al ministro Joaquín Losada -los dos más votados en los últimos comicios- la conducción conjunta de la campaña en Posadas, está generando fuertes tensiones. Las discusiones en la llamada “mesa chica” posadeña no se caldean, sin embargo, a causa de Losada y Franco, quienes estarían pasando por una fase de “buenas ondas”, pese a la confrontación electoral pasada. Los que causan problemas son, al decir de los comentarios, dirigentes que no tienen apoyo en votos pero pretenden tomar decisiones y, sobre todo, opinar respecto a la utilización del presupuesto disponible. El crecimiento vegetativo de la dirigencia renovadora combinado con una estadía en el poder que ya lleva más de 15 años, si se cuenta el gobierno previo de Rovira, dio forma a un aparato político-electoral que hoy pareciera estar seriamente sobredimensionado. Esta inflación de expectativas provoca excesos de personalismo, como es el caso -por ejemplo- de la campaña que hace la senadora Sandra Giménez en el seno de la agrupación Mujeres Renovadoras contra la intendente de Santa Ana y candidata a diputada por su mismo partido, Mabel Pezoa. La intensa carrera electoral, con el final a menos de un mes, favorecería al gobierno del
Frente Renovador, según creen sus estrategas de campaña, que estiman haber ganado anticipadamente los puntos en juego al haber prescindido de la utilización exhaustiva de la Ley de lemas, que en las actuales circunstancias, sin que esté en juego la mayoría legislativa, iba a ser usada por sectores internos para marcar ambiciones y discrepancias. Closs se dio el lujo, en plena campaña, de ausentarse del país y mostrarse el lunes en Asunción con el presidente electo, Horacio Cartes, ante quien -según los comentaristas políticos – estaría gestionando por designio de Cristina un regreso armonioso del Paraguay al Mercosur, además de los intereses comunes de una reconocida amistad.





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