BUENOS AIRES (NA). La bronquiolitis es una enfermedad muy frecuente en los niños y aun más en aquellos que asisten a guarderías.Es más grave en los niños de alrededor de los seis meses de vida y en los prematuros o con cardiopatías congénitas. El otoño e invierno es la época en que hay mayor cantidad de casos. La bronquiolitis se manifiesta como un cuadro de secreción nasal, fiebre no muy elevada, congestión y tos, luego se agrega agitación y dificultad respiratoria. Entre las principales medidas preventivas, figuran propiciar la lactancia y contar con la vacunación adecuada; pero la clave para tratar esta enfermedad (como cualquier otra) es la consulta en forma inmediata al pediatra.La doctora Alejandra Lafont, jefa de Pediatría de la Fundación Hospitalaria, detalló sus principales síntomas y tratamiento.¿Cómo se manifiesta la bronquiolitis?La bronquiolitis es la inflamación de las vías aéreas bajas de causa infecciosa que se expresa por obstrucción de la vía aérea de pequeño calibre. A partir del control de la diarrea aguda infantil, las infecciones agudas de la vía aérea baja son una de las principales causas de enfermedad y muerte en los niños menores de cinco años.Se presenta con mayor frecuencia en los lactantes menores de seis meses. Se manifiesta inicialmente como un cuadro de secreción nasal, fiebre no muy elevada, congestión y tos que dura entre uno y tres días, y luego se agrega agitación, dificultad respiratoria, y retracción de las costillas que dura entre cinco y seis días, dificultad para dormir y/o alimentarse.¿Cómo tratarla?La bronquiolitis es la infección respiratoria más frecuente en lactantes, menos del 3% requieren hospitalización.Cuando existen factores de riesgo como prematurez o cardiopatías congénitas la incidencia de hospitalización asciende a más del 10% y las complicaciones llegan al 40%. Ocurre en cualquier ámbito y condición social.La mayoría de los niños pueden manejarse de manera ambulatoria, sólo el 3% de los lactantes requiere internación. Las medidas generales consisten en la administración de antitérmicos, garantizar una buena hidratación ofreciendo al niño abundantes líquidos vía oral, proseguir con la lactancia materna, mantener permeables las narinas (orificios nasales externos) y la administración de broncodilatadores en dosis y forma indicadas por el pediatra. Todos los niños que requieran oxígeno deben ser internados. La forma de administración de los broncodilatadores puede ser por nebulizaciones o por aerocámara con aerosoles.¿Es contagiosa?Sí, pero las manifestaciones del proceso son diferentes de acuerdo a la edad de las personas. Inclusive, en un niño de tres o cuatro años el cuadro por el mismo virus puede ser sencillo, y en un anciano o en un bebé menor de seis meses el mismo virus puede provocar un cuadro más severo.Como toda enfermedad pulmonar, el contagio suele darse en los lugares cerrados donde se concentra mucha gente, como transporte, guarderías, aulas, lugares con mala ventilación.¿Existen vacunas preventivas?Es importante completar los esquemas nacionales de vacunación, que incluyen protección contra el sarampión y la coqueluche o tos convulsa, así como la vacuna antigripal en los niños de seis meses a dos años. No obstante, cabe señalar que no hay una vacuna que logre prevenir todas las bronquiolitis, ya que hay innumerables variedades de virus que las producen.Entre los seis meses y dos años se debe vacunar contra la gripe y otras enfermedades de las vías aéreas como tos convulsa. Hoy es indolora y casi imperceptible.¿Qué hacer cuando el niño ya está enfermo?Cuando el chiquito ya está sufriendo las consecuencias de la enfermedad lo más aconsejable es que no se interrelacione con otros chicos para evitar el contagio.La mayor parte de los afectados tiene alrededor de seis meses de vida. Los síntomas deben ser atendidos de inmediato y se deben evitar los remedios caseros y las creencias tales como “ya se le va a pasar”. Las medidas en casa además de las indicadas por el pediatra son: mantenerlo sin fiebre, facilitar que duerma con la cabeza elevada, con suplementos debajo del colchón, sin utilizar almohadas. Controlar la hidratación del bebé teniendo en cuenta la cantidad de pañales mojados y las mucosas de la boca y la lengua que deben estar húmedas.Además de las medidas de prevención ya mencionadas se puede agregar: evitar el hábito de fumar, el hacinamiento en lugares cerrados.





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