SAN VICENTE. El último martes fue presentado el proyecto urbano, consistente básicamente en la construcción de un barrio de 150 viviendas fuera del ejido urbano, que se desarrollará en un predio de diecisiete hectáreas adquiridas en conjunto por la comuna local y el Iprodha el año pasado.El nuevo barrio se alzará en el kilómetro 1.263 y las obras de las primeras 100, comenzarán a ejecutarse en los próximos días. Se trata de un proyecto piloto en la provincia para desarrollar urbanizaciones más distantes que las habituales, mirando al futuro, al crecimiento de cada localidad y porque la realidad demuestra que cada vez se hace más difícil conseguir tierras suficientes a precios accesibles, solamente quedan parcelas rurales, alejadas de los centros urbanos.San Vicente tiene una experiencia con este tipo de emprendimientos que le trajo muchos problemas a los adjudicatarios, al mismo municipio y a los entes que brindan los servicios de luz, agua, teléfono, transporte y videocable, entre otros. Se trata del barrio Malvinas que está ubicado a unos cinco mil metros de la ciudad. Allí se construyeron 400 viviendas y no se contempló el espacio para escuelas ni de otros edificios públicos, al punto que el predio original de la plaza del barrio fue destinado a la construcción de la Escuela 916.También hay otra experiencia negativa, se hicieron dos barrios dispersos, uno de treinta casas y otro de setenta, donde los vecinos no tienen acceso a escuela, transporte, y demás servicios.Es por ello que este nuevo proyecto representa un verdadero desafío donde no hay más oportunidades para cometer los mismos errores. En detallesEl nuevo “proyecto urbanizador” que presentaron en conjunto la Municipalidad y el ente que construye las viviendas en la provincia, estará ubicado a unos cinco kilómetros del centro de San Vicente. Se trata de una ex-chacra de diecisiete hectáreas, donde se pensaba que se podían construir muchas más viviendas, pero por la topografía, el resultado fue todo lo contrario.Para salvar el emprendimiento, el Iprodha contrató un arquitecto urbanista para que diseñe un barrio que demande el menor movimiento de suelo y se pueda construir la mayor cantidad de unidades habitacionales.Las tierras compradas tienen una longitud, en su parte más extensa, de 850 metros y un desnivel de 45 metros. El proyectista aprovechó al máximo las características del terreno, con las manzanas irregulares, que es un detalle no menor, y calles en sentidos no habituales (diagonales).Lo más llamativo es que se incorporarán para la venta terrenos destinados a viviendas particulares, donde el comprador podrá construir su casa de la forma que le guste. Por otro lado se vender lotes exclusivamente en un sector, destinados a la instalación de comercios y otras parcelas para pequeñas industrias, talleres y micro emprendimientos.La intención del Iprodha es que, a través de esta experiencia se logre urbanizar espacios alejados del ejido urbano y se deje de utilizar las viviendas particulares para instalar pequeños comercios, que no tengan que recorrer grandes distancias para comprar o que también puedan trabajar cerca de sus casas en esos emprendimientos.El proyecto incluye espacios para escuela, edificios públicos y campos deportivos para la recreación. Espacios verdes para plazas y calles arboladas.Por otro lado, las autoridades del Iprodha le solicitaron al Concejo Deliberante que regule por medio de ordenanzas la zonificación del barrio en sus sectores comerciales, industriales y domiciliarios y se prohíba a los adjudicatarios poner comercios en sus casas.





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