SAN ANTONIO. La última sesión del Concejo local se llevó a cabo en la tarde del 14 de diciembre del 2012, en la misma se eligieron las autoridades para el próximo período que comenzaría el día 26 de febrero, fecha hasta la cual se extiende el receso. Hasta ahí, todo parece normal para un período de feria y receso. Pero llamó la atención el hecho de que el presidente electo del Concejo no residiría en el municipio, ni siquiera en el país. El flamante presidente del cuerpo Juan Benítez viviría desde hace años en Santo Antonio do Sudoeste, Brasil. El artículo 172 de la ley XV Nº5 (ex 257) habla de la obligatoriedad de por lo menos dos años de residencia inmediata en el municipio, si bien seguramente el presidente electo dispone de documentación que cumpla con esos requisitos, su residencia efectiva sería en el país vecino.Consultado por PRIMERA EDICIÓN sobre la legalidad de esta circunstancia, el ex presidente del Colegio de Abogados, Isaac Lenguaza, aseveró: “Si el pueblo elige un concejal y además le paga el sueldo, es justamente para que conozca, interprete y participe en la resolución de las problemáticas del municipio. Al menos genera dudas sobre esta cuestión si tiene domicilio en otro lado (en este caso otro país), aún cuando cumpla con asistir a las sesiones. Viviendo en otro país esta duda se puede transformar en un fuerte reproche ético porque significa además que el sueldo que le pagamos acá lo gasta allá”, y agregó: “Por lo menos, no sería éticamente correcto, imagine por un momento si todos los concejales vivieran fuera del municipio, un absurdo.”Vacaciones para todosUna semana después de la última sesión, este matutino se acercó en horas de la mañana hasta el edificio del Concejo, pero para sorpresa de los vecinos que intentaron la misma acción, el edificio estaba cerrado. Durante la espera se acercaron varios ciudadanos con intenciones de acercar inquietudes, presentar notas e inclusive dialogar con algún edil pero se encontraron también con la sorpresa del claustro cerrado.A fines del mes de diciembre se repitió el episodio, aguardando esta vez durante más de dos horas e inclusive consultando a funcionarios del poder Ejecutivo local sin que estos pudiesen brindar información certera al respecto.Para chequear que se trató de una situación eventual, esta semana nuevamente PRIMERA EDICIÓN se acercó hasta el edificio del Cuerpo deliberativo que permaneció cerrado. Los vecinos sorprendidos y tomando humorísticamente (algunos) la circunstancia, hablaban de “ir a Brasil” para consultar sobre el tema al presidente del Concejo; otros, protestaban sobre el largo período vacacional de ediles y administrativos, planteando que por lo menos se establezca una especie de guardias como sucede en la Cámara de Representantes provincial para atender los pedidos de la ciudadanía. Un ex concejal consultado sobre como se actuaba en los períodos anteriores explicó: “el período de receso es sólo para las sesiones, el trabajo del Concejo debe continuar, ni que hablar del personal administrativo a los que les corresponde un lapso determinado de vacaciones, es un despropósito que el Concejo cierre sus puertas a la ciudadanía durante todo ese tiempo ¿Dónde se dirigirán los vecinos con sus inquietudes o pedidos? Mínimamente tendría que seguir funcionando la secretaría donde recepcionar aquellos planteos o consultas que se acerquen.




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