El Operativo LIRAa (Levantamiento Rápido de Índices Aédicos) realizado en Posadas entre el 2 y el 10 de diciembre arrojó un dato que mantiene en alerta a las autoridades sanitarias: 12 de cada 100 viviendas inspeccionadas presentaron criaderos del mosquito Aedes aegypti, vector del dengue, zika y chikungunya.
Según explicó el director de Vigilancia y Control de Vectores de la Municipalidad de Posadas, Fabricio Tejerina, en esas viviendas positivas se detectó además un promedio de 17 criaderos por casa, lo que refuerza la necesidad de sostener acciones de prevención de manera constante.
En diálogo con la FM 89.3 Santa María de las Misiones, el funcionario señaló que los resultados deben preocupar, pero sobre todo ocupar, ya que “el mosquito está presente en toda la ciudad”, aunque con distintas intensidades según la zona. Aclaró que el LIRAa permite obtener, en pocos días, una “foto epidemiológica” del nivel de infestación, fundamental para orientar las intervenciones territoriales.
Un índice que se repite y cuesta bajar
Tejerina indicó que el porcentaje detectado se encuentra dentro de los valores históricos, que rondan el 10%, pero advirtió que la dificultad para reducir ese número es uno de los principales desafíos. En ese sentido, remarcó que menores índices de infestación siempre implican menor riesgo sanitario, por lo que insistió en no naturalizar estos valores.
El relevamiento también mostró que los criaderos continúan estando mayormente dentro de los domicilios, asociados a recipientes de uso cotidiano como baldes, tachos, floreros, macetas, portamacetas, cubiertas en desuso, tanques bajos y recipientes para almacenar agua, además de botellas, lonas, bebederos de mascotas y piletas.
Desde el área de Salud advirtieron que este escenario se ve agravado por las lluvias y las altas temperaturas, típicas de la temporada. Tejerina explicó que, tras cada evento de lluvia, a los 10 o 15 días suelen aumentar los índices, ya que recipientes que estaban vacíos al momento del relevamiento se convierten rápidamente en reservorios ideales para el mosquito.
El reporte se complementa con un mapa de calor que permite visualizar de manera geográfica la concentración de manzanas con presencia de Aedes aegypti en distintos puntos de Posadas. Esta herramienta técnica resulta fundamental para la planificación de intervenciones territoriales, el refuerzo de la vigilancia epidemiológica y la optimización de las estrategias de control vectorial, con el objetivo de reducir el riesgo de transmisión de enfermedades y fortalecer el compromiso comunitario en la prevención del dengue.
Barrios con mayor presencia y trabajo territorial
El informe del LIRAa identificó mayor frecuencia de criaderos en barrios y chacras como Chacra 21, 16, 94 y 158; Santa Rita (chacras 234, 235 y 118); Santa Rosa; Chacra 225; Chacra 36; Sol de Misiones; Itaembé Miní; San Lucas; San Onofre; Néstor Kirchner; A-4 Nueva Esperanza; 8 de Abril; Aeroclub; Chacra 107; Miguel Lanús; A 3-2; Itaembé Guazú y Cruz del Sur.
No obstante, el funcionario aclaró que no existen zonas libres del mosquito y que el trabajo se sostiene en toda la ciudad durante todo el año. Incluso, advirtió que cuando un barrio aparece con menor infestación, la relajación de las medidas puede provocar un repunte en monitoreos posteriores.
Tras la difusión de los resultados, el municipio comenzó a reforzar el contacto con comisiones vecinales y referentes barriales, con el objetivo de profundizar el trabajo comunitario y facilitar el ingreso a los domicilios para las tareas de control.
Tejerina remarcó que la principal “bala de plata” contra el mosquito sigue siendo la participación comunitaria, a través de acciones simples pero sostenidas: vaciar recipientes, dar vuelta objetos que acumulen agua, tapar tanques, limpiar canaletas, descacharrar y controlar patios al menos una vez por semana.
El funcionario insistió en que el mosquito que pica suele estar en el propio patio o en el del vecino, y que su presencia está directamente relacionada con los hábitos cotidianos. Por eso, recomendó aprovechar especialmente el momento posterior a las lluvias para revisar el entorno del hogar.
Trabajo continuo y mirada a 2026
Desde la Municipalidad señalaron que el LIRAa se realiza hasta tres veces al año, idealmente al final del verano, al inicio de la primavera y al comienzo del verano, aunque aclararon que la vigilancia y el monitoreo son permanentes en los barrios.
Además del trabajo territorial, el municipio reforzó las acciones informativas en puntos estratégicos, como la terminal de ómnibus, para concientizar a quienes viajan hacia zonas con circulación viral sobre síntomas, uso de repelente y medidas de cuidado.
Tejerina sostuvo que la política sanitaria en materia de control del dengue es continua y sin pausas, con la meta de reducir al mínimo la cantidad de casos y evitar brotes como los registrados en años anteriores, en un contexto regional donde el virus mantiene circulación activa.







