Finalmente, luego de varias audiencias con testimonios crudos, técnicos y hasta suspensión de alguna por supuestos falsos testimonios, el Tribunal Penal 1 de Eldorado condenó este martes a Pablo Arnoldo Schoenfisch (23) a prisión perpetua al ser encontrado culpable de matar a su madre Faustina Antúnez (57) y herir gravemente a su padre, Arnoldo Schoenfish (64), en la madrugada del 14 de mayo de 2020, en la casa del matrimonio en Santiago de Liniers.
Los jueces, por mayoría de Adriana Andino y Eduardo Jourdan, y con la disidencia de Ángel Atilio León, decidieron condenar a Schoenfisch a la pena máxima por ser autor penalmente responsable de los delitos de “homicidio calificado por el vínculo y por haberse cometido con alevosía en perjuicio de Faustina Antúnez y homicidio calificado por el vínculo y por haberse cometido con alevosía en grado de tentativa en perjuicio de Arnoldo Schoenfisch, agravados también por la utilización de un arma de fuego en concurso real, todos en calidad de autor artículo 80 inciso 1 y 2, artículo 80 inciso 1 y 2 en función del 42, ambos con aplicación del artículo 41 bis y artículos 45, 55, 12 y 29 inciso 3. Todos del Código Penal Argentino”, se leyó en el fallo.
También, se descartó el pedido del juez Atilio León de anular la investigación al exintendente Arnoldo Schoenfisch por falso testimonio y la remisión de las testimoniales, recordando que el padre el acusado declaró en el juicio y se autoincriminó. La fiscalía de instrucción en turno fue notificada por los jueces de seguir con el procedimiento judicial.
Además, no se hizo lugar al pedido de la defensa del encartado que solicitó la remisión de todas las testimoniales durante el juicio contra el acusado por ser “manifiestamente improcedente”, consideraron los magistrados.
Pablo Schoenfisch quedará alojado en el Complejo Penitenciario N° 3 de Eldorado. Mientras que el 6 de febrero, a las 12, en el mismo salón de audiencias, se leerán los fundamentos que condenaron al joven a a prisión perpetua.
“Yo no le disparé a mi madre y tampoco atenté contra la vida de mi padre”
En la antesala al veredicto, Pablo Schoenfisch tuvo el derecho a sus últimas palabras antes los jueces. Con una voz temblorosa, el encartado expresó que “yo no fui el que le disparé a mi madre y tampoco atenté contra la vida de mi padre… cómo yo cómo cometería un delito de esos siendo que mis padres me daban de todo, ellos son todo para mí. Son mi vida entera, mi madre y mi padre, ellos jamás me mezquinaron algo. No hay motivo de que yo cometa el delito del que me están acusando”, expuso.
En ese marco, declaró que en la madrugada del crimen estuvo en la casa de su abuela, “nunca, en ningún momento fui a la casa (de sus padres) allá abajo… siempre estuve con mi abuelita y con mi tía que está en silla de rueda. Esa madrugada también le puse la chata a ella, le llevé al baño a mi tía. Nunca nunca salí de esa casa esa madrugada, jamás”, confió.
En otro apartado, apuntó contra su padre y dijo que era un hombre “violento” y “agresivo” con su madre, con él y con su hermano Lucas. “Nunca contaron el comportamiento de mi papá. Él era bastante agresivo, en 2006/2007 yo tenía 7 años y cuando voy a la pieza de mi padre, él tenía un revólver en la cabeza. Mi hermano Lucas le dijo algo, él se enojó y le apuntó en la cabeza”, contó. “Quiero que cuenten eso: la agresividad de mi viejo hacia nosotros y hacia mi mamá. Mi papá una vez le tiró un piedrazo a mi madre que, por suerte, nunca le agarró”, especificó.
Después, apuntó contra un par de testigos que declararon en el juicio como su primo René Laimer y quien fue jefe de la comisaría de Santiago de Liniers, Raúl Bernardino Patiño Benítez, a quienes pidió que se los investigue. Pidió “justicia por mi causa” y “que sean correctos y no se guíen por el ‘dice qué…’, averiguen. Que no dejen pasar a personas a decir estupideces y pavadas”.













