La vulnerabilidad de quienes se desplazan en motocicleta quedó, una vez más, expuesta de manera dramática en las últimas horas. Entre la noche del viernes y la mañana de este sábado, tres incidentes distintos -dos en Posadas y uno en Candelaria- dejaron un saldo de cuatro personas heridas.
La seguidilla comenzó en Posadas. A las 23 de ayer viernes, una joven de 24 años terminó internada en el Hospital Madariaga tras colisionar su Gilera Smash contra un Chevrolet Corsa en la intersección de las calles Herrera y Alemania.
Pocas horas después, a las 7.25 de hoy, la costanera de Posadas fue testigo de un hecho mucho más evitable. Dos jóvenes de 23 y 25 años sufrieron un despiste violento sobre la avenida. Dato clave: el test de alcoholemia al conductor arrojó resultado positivo.
Casi en paralelo al primer choque en Posadas, la localidad de Candelaria sumaba su propio herido. En la intersección de la avenida Amalio Díaz y calle Sarandí, un joven de 20 años que circulaba en una Motomel 110 cc perdió el control tras cruzársele un can en plena calzada.
El siniestro en Candelaria resalta la nula estabilidad de la motocicleta ante imprevistos mínimos. Lo que para un auto podría haber sido un sobresalto, para el joven de 20 años significó terminar sobre la cinta asfáltica con lesiones que requirieron asistencia hospitalaria.
Los cuatro lesionados terminaron siendo asistidos por el sistema público de salud. Esta recurrencia de motociclistas como protagonistas de los partes policiales no es casual: combina la imprudencia individual y, en casos como el de Candelaria, el problema persistente de animales sueltos en la vía pública.







