A propósito del Día Mundial de las Frituras, la licenciada en Nutrición Carina González, columnista habitual de FM 89.3 Santa María de las Misiones, analizó el lugar que esta técnica culinaria ocupa en la mesa argentina y compartió recomendaciones prácticas para disfrutarla sin afectar la salud.
González comentó que muchos alimentos cotidianos en el país son las papas fritas, churros, empanadas y milanesas, por lo que resulta clave ofrecer herramientas para un consumo más consciente. En esa línea, destacó que hoy existen alternativas más saludables, como las freidoras de aire, pero aclaró que también es posible obtener una fritura de buena calidad utilizando aceite tradicional.
Inmersión profunda y aceite muy caliente: dos claves técnicas
La nutricionista subrayó una idea que suele sorprender: freír con poca cantidad de aceite no es más sano, porque el alimento termina absorbiendo mucho más. “Nosotros tenemos que hacer una inmersión profunda y con el aceite bien caliente; así el alimento se cocina sin absorber ese aceite extra”, explicó, recordando que es un concepto que forma parte de la formación universitaria.
Además, detalló que algunos mitos, como “pasar la milanesa por agua caliente”, son técnicas aisladas que pueden funcionar, pero que lo más importante sigue siendo una buena cocción y el uso de un aceite de calidad. Sobre esto último, advirtió que “hay restaurantes que reutilizan el aceite, y eso no está bueno”, porque afecta tanto la salud como el sabor, algo que “se siente en la palatabilidad”.
Freidoras de aire, moderación y equilibrio diario
González señaló que las freidoras de aire permiten lograr preparaciones con sabor similar al frito, pero con menor contenido graso. No obstante, remarcó que la clave está en lograr un equilibrio de 80% de alimentos saludables y 20% de “gustitos”, una proporción que, bien aplicada, ofrece “un buen resultado en el balance del día”.
Asimismo, recomendó acompañar las frituras con ensaladas, proteínas magras y agua, ya que ayudan a la digestión. “No voy a comer la fuente entera de papas fritas”, dijo entre risas, para remarcar la importancia de las porciones y la conducta alimentaria.
Por qué las frituras son más pesadas y cómo adaptarse al verano
Según explicó, los alimentos fritos son más difíciles de digerir porque contienen mayor cantidad de calorías y grasas, algo que suele impactar más en épocas calurosas. “En verano uno suele elegir comidas más livianas -ensaladas, tés fríos, aguas saborizadas naturales- porque necesita refrescarse”, agregó.
También puso el foco en el aumento de peso asociado a las frituras y reiteró que no se trata de eliminarlas, sino de planificar, elegir aceites de buena calidad, evitar reutilizarlos y moderar las cantidades.
González insistió en que el cuidado alimentario debe ir acompañado de actividad física y una hidratación adecuada, especialmente ahora que “se viene el calor y el verano”.




