La elección del nuevo triunvirato de la CGT fue un acuerdo trabajoso que logró su primer objetivo: mostrar una “lista única” que garantiza la convivencia interna. Sin embargo, a 48 horas del congreso en Obras Sanitarias, la central obrera ya enfrenta su verdadero desafío: materializar una “unidad real” y dejar de reaccionar para pasar a proponer.
El plan es claro: ir a la negociación por la reforma laboral con el Gobierno, pero con una “agenda legislativa propia” bajo el brazo. La idea es que este dique de contención sirva para amortiguar y encauzar el debate laboral, sobre el cual, admiten en la central, el oficialismo todavía no ha dado ningún detalle formal.
“Se logró una lista única, pero ahora tenemos que trabajar internamente bajo la autocrítica para materializar la unidad real, que no está todavía”, admitió un popel de la central, voz influyente del sector de transporte, dejando en claro que el consenso de nombres es solo el punto de partida.
Lo que exige un sector importante de la CGT es que esta unidad se traduzca en un “programa” y una “agenda clara que hoy demanda el mundo laboral”. Entienden que tener una propuesta propia, tanto en lo laboral como en otros temas de fondo, es la única forma de “superar las diferencias que hubo y que hay”.
El nuevo triunvirato se presenta como un mosaico de “amplitud y la renovación generacional”: Sola (Sindicato del Seguro) por la rama de servicios, Jerónimo (Vidrio) por la industria, y Arguello (Camioneros) por el transporte. Esta amplitud fue celebrada incluso por gobernadores peronistas que llamaron para felicitar por el acuerdo, a pesar de que algunos gremios grandes, como la UTA y Gastronómicos, habían pugnado sin éxito por volver a la figura de un único secretario general (unicato).
La línea roja de la CGT
Aunque se abren a la discusión, el rechazo de plano a cualquier medida que implique pérdida de derechos es el horizonte común e innegociable del sindicalismo.
“Nos vamos a plantar ante cualquier cuestión que signifique un retroceso, como el aumento de la jornada laboral, y vamos a responder a la altura de la CGT”, sentenció el flamante triunviro Cristian Jéronimo.
En la cúpula observan con sorpresa que mientras en el mundo la discusión pasa por reducir la jornada laboral, en Argentina “acá hablan de aumentarla a 12 horas”. Critican la “desorientación” del Gobierno y la sucesión de “títulos mediáticos”, ya que aún no hubo una presentación oficial de ninguna reforma ni tampoco una convocatoria formal a la mesa de diálogo.
La central aclara que su postura no es un “no” rotundo a todo. Entienden que “hay muchas cuestiones en el mundo del trabajo que deben modernizarse”, como los convenios colectivos, pero piden “seriedad en los planteos”.
“Hasta ahora, durante el gobierno de Javier Milei solo hubo solo pérdida de puestos de trabajo y recesión“, advierten cerca de la nueva conducción, dejando en claro que el dique de contención legislativo se activará si el debate no es “racional”.
Fuente: Agencia de Noticias NA





