En la resolución 47/196 adoptada el 22 de diciembre de 1992, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 17 de octubre como el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza.
La conmemoración de esta fecha, sin embargo, se remonta al 17 de octubre de 1987. Ese día, más de 100.000 personas se congregaron en la plaza del Trocadero, en París, donde en 1948 se firmó la Declaración Universal de Derechos Humanos, para rendir homenaje a las víctimas de la pobreza extrema, la violencia y el hambre.
Los asistentes al homenaje proclamaron que la pobreza es una violación de los derechos humanos y afirmaron la necesidad de aunar esfuerzos para garantizar su respeto.
Estos principios están inscritos en una losa conmemorativa que se descubrió durante las celebraciones y de la que se han hecho replicas en otras partes del mundo.
Desde entonces, personas de toda condición, creencia y origen social se reúnen cada año ante estas placas para renovar su compromiso y mostrar su solidaridad con las personas menos afortunadas.
Menos de 2,15 dólares al día
¿Te imaginas lo difícil que sería la vida diaria si tuvieras que sobrevivir con menos de 2,15 dólares al día? Esta es la dura realidad a la que se enfrentan casi 700 millones de personas que viven en extrema pobreza en todo el mundo.
Dos tercios de estas personas viven en África subsahariana, proporción que aumenta a las tres cuartas partes si se incluyen todos los países afectados por fragilidad y conflictos.
Pero la pobreza va más allá de la falta de ingresos y recursos para garantizar unos medios de vida sostenibles. Es un problema de derechos humanos. Entre las distintas manifestaciones de la pobreza figuran el hambre, la malnutrición, la falta de una vivienda digna y el acceso limitado a otros servicios básicos como la educación o la salud.
En 2015, más de 736 millones de personas vivían por debajo del umbral de pobreza internacional. Actualmente, alrededor del 10% de la población mundial vive en la pobreza extrema y tiene dificultades para cubrir sus necesidades más básicas, como la salud, la educación y el acceso al agua y al saneamiento, entre otras.
La pobreza en números
- En 2024 casi 700 millones de personas en todo el mundo subsistían con menos de 2,15 dólares al día.
- Hoy en día, hay 122 mujeres de entre 25 y 34 años que viven en la pobreza por cada 100 hombres del mismo grupo de edad, y más de 160 millones de niños corren el riesgo de seguir viviendo en la pobreza extrema en 2030.
- La proporción de trabajadores del mundo que viven en la pobreza extrema se redujo a la mitad en los últimos diez años: del 14,3% en 2010 al 7,1% en 2019. Sin embargo, en 2020 aumentó por primera vez en dos decenios tras la pandemia de COVID-19.
- Uno de cada seis niños vive en la pobreza extrema. Entre 2013 y 2022, el número de niños que vivían con menos de 2,15 dólares al día se redujo de 383 millones a 333 millones, pero los efectos económicos de la COVID-19 hicieron que se perdieran tres años de progreso.
- Se prevé que no se alcanzará el objetivo mundial de acabar con la pobreza extrema para 2030, ya que más de 600 millones de personas siguen viviendo en la pobreza extrema.
- En 2024, por primera vez, más de la mitad de la población mundial (52,4 por ciento) cuenta con algún tipo de protección social, pero 3.800 millones de personas aún no están protegidas en absoluto y muchas más no están protegidas adecuadamente.
Lema 2025: Garantizar el respeto y el apoyo adecuado a las familias

En este Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza 2025, se pretender recalcar que acabar con la pobreza es una cuestión de dignidad, justicia y pertenencia, no solo de ingresos.
El lema de este año destaca una de las vertientes más difíciles de ver de la pobreza: el maltrato social e institucional que sufren las personas que viven en la pobreza.
Es necesario un apoyo respetuoso y eficaz a las familias, con un objetivo claro: dar prioridad a los más desfavorecidos y crear instituciones que ayuden a las familias a permanecer unidas, prosperar y forjar su propio futuro.
Las familias que viven en situación de pobreza suelen enfrentarse al estigma y al rechazo precisamente en los lugares donde deberían recibir apoyo, como en las escuelas, clínicas, oficinas de asistencia social o servicios de protección infantil.
Madres solteras, familias indígenas y otros grupos históricamente discriminados denuncian maltratos, injusticias y deshumanización que minan su autoestima y destruyen su agencia personal, lo que en ocasiones lleva a situaciones de separación familiar, con consecuencias emocionales y sociales duraderas para niñas, niños y padres.
Los avances que reclama la ONU en este Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza 2025:
- Instituciones que den prioridad a las personas, alejándose de la cultura de la desconfianza, la vigilancia intrusiva y el control, para acercarse a una cultura de confianza, respeto y colaboración
- El reconocimiento de los esfuerzos que ya están haciendo los padres en situación de pobreza y apoyarles adecuadamente para garantizar un futuro mejor para ellos y sus hijos
- La transformación de las instituciones de protección de la infancia en un sistema de apoyo a toda la familia, reforzando la capacidad de los padres para cuidar de sus propios hijos y salir de la pobreza persistente.
Fuente: ONU








