Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en Argentina: representan el 30,3% de los fallecimientos anuales -casi 100.000 muertes-, y se estima que ocurren alrededor de 40.000 infartos agudos de miocardio (IAM) por año, más de 100 al día. En este contexto, la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) lanzó oficialmente el programa “Redes que Salvan Vidas” durante el 51° Congreso Argentino de Cardiología (SAC 2025), que se realiza en Buenos Aires.
El programa tiene como objetivo acompañar a provincias, municipios y regiones en el diseño e implementación de redes locales de atención del IAM, partiendo de un dato crítico: más del 90% de las muertes por infarto ocurren antes de que el paciente ingrese al hospital, lo que subraya la importancia de una respuesta prehospitalaria rápida y coordinada.
“El infarto agudo de miocardio es un cuadro tiempo-dependiente: cuanto más rápido se restablece el flujo en la arteria coronaria obstruida, menor será el daño al músculo cardíaco y mejor el pronóstico”, afirmó el Dr. Pablo Stutzbach, presidente de la SAC. Añadió que los países que lograron reducir la mortalidad por infarto compartieron una estrategia común: la creación de redes de atención integradas entre el sistema prehospitalario y centros con capacidad de reperfusión, como angioplastia.
El registro ARGEN IAM-ST revela que, en Argentina, la demora promedio desde el inicio de los síntomas hasta la admisión hospitalaria es de 130 minutos, y la mortalidad intrahospitalaria ronda el 8,7%. Frente a esto, el programa propone tres vías de derivación según la situación del paciente:
- Si la ambulancia identifica el infarto, trasladar directamente al centro de alta complejidad (con angioplastia).
- Si el paciente llega por sus propios medios, realizar la angioplastia dentro de los primeros 120 minutos desde el inicio de los síntomas.
- Si el hospital no cuenta con capacidad de angioplastia, administrar fibrinolíticos y derivar al paciente a un centro con capacidad invasiva (estrategia fármaco-invasiva).
“No basta con tener centros de alta complejidad: hay que garantizar que el paciente llegue a tiempo”, enfatizó el Dr. Sergio Baratta, presidente electo de la SAC, quien destacó que el modelo no impone un esquema único, sino que se adapta a la realidad de cada región.
La iniciativa ya cuenta con el interés o adhesión formal de varias jurisdicciones: Misiones, Catamarca, la ciudad de Santa Fe, el Alto Valle de Río Negro y Pilar (Provincia de Buenos Aires). El programa se inspira en experiencias exitosas como el Foro Federal sobre Políticas y Redes de Atención del ACV Isquémico, que ya opera a nivel nacional.
La implementación se desarrollará en cuatro fases:
- Convocatoria y compromiso político-técnico de las regiones interesadas.
- Diagnóstico local de recursos, tiempos y barreras.
- Diseño conjunto del modelo de red, con protocolos, centros nodales y cronograma.
- Seguimiento continuo, auditoría y mejora, con capacitaciones abiertas a todo el equipo de salud.
Los desafíos son significativos: disparidad en infraestructura sanitaria, dificultades de transporte en zonas rurales, falta de especialistas en algunas regiones y resistencias burocráticas. Pero, según la SAC, el programa prevé acompañamiento técnico regional, flexibilidad y espacios de intercambio entre jurisdicciones para superarlos.
“Redes que Salvan Vidas no es solo un programa técnico, sino una invitación a construir una nueva cultura del infarto: aquella en la que los ciudadanos reciban atención rápida y coordinada, sin importar dónde vivan”, concluyó el Dr. Stutzbach.
Fuente: Agencia de Noticias NA





