El Tribunal Oral Federal 6 condenó este miércoles a Fernando Sabag Montiel a diez años de prisión por el intento de asesinato de la ex presidente Cristina Kirchner y le impuso una pena única de 14 años de prisión al unificarla con una condena anterior.
Además, condenó a Brenda Uliarte como partícipe necesaria de tentativa de homicidio agravado a 8 años de prisión.
El juicio ante el Tribunal Oral Federal 6, integrado por la jueza Sabrina Namer y los jueces Ignacio Fornari y Adrián Grunberg, había comenzado en junio de 2024 en los tribunales federales de Retiro y declararon 157 testigos,.
Sobre un tercer acusado, Nicolás Gabriel Carrizo, la fiscalía no formuló acusación, por lo que será absuelto.
Cómo fue el atentado
El juicio contra los ejecutores del intento de asesinato de la entonces vicepresidenta comenzó a mediados de 2024, y en poco más de un año declararon 157 testigos.
A partir de las pruebas recabadas durante la investigación -a cargo del fiscal Carlos Rívolo y la jueza María Eugenia Capuchetti-, la fiscal Baigún estableció que el atentado a CFK fue “una decisión adoptada previamente por ambos” con la finalidad de “impedir que siga desarrollando su vida política”, tal como dio por demostrado luego del debate oral y público, al que tuvo acceso Noticias Argentinas.
La pareja “se infiltró entre la multitud que se había congregado frente al domicilio de Cristina, simulando ser simpatizantes de la misma”, durante la noche del 1 de septiembre de 2022 en la esquina de Juncal y Uruguay, en el barrio porteño de Recoleta.
El 1 de septiembre de 2022 Sabag Montiel apuntó y gatilló a centímetros de la cara de la entonces vicepresidenta, mientras que Uliarte, su ex pareja, se encontraba en la misma zona.
Según reconstruyó la fiscal Baigún, el principal acusado portaba una pistola semiautomática de acción simple, calibre 32, marca Bersa, cargada con cinco proyectiles y apta para disparar.
“Una vez que se encontraba a escasos centímetros de la doctora Fernández de Kirchner, -Sabag- apuntó contra su rostro y gatilló en una oportunidad. El hecho no se consumó por motivos ajenos a su voluntad, ya que pese a que accionó la cola del disparador, la bala no salió, y cuando se disponía a recargar nuevamente fue interceptado por la multitud que se encontraba en el lugar”, dio por probado la acusación.












