En un contexto donde las dietas basadas en plantas ganan cada vez más adeptos, la licenciada en nutrición Carina González advirtió sobre la importancia fundamental de buscar asesoramiento profesional antes de eliminar productos de origen animal de la alimentación. La especialista explicó que, si bien estos modelos pueden ser saludables, una transición mal planificada puede acarrear serios déficits nutricionales.
“El primer paso es siempre consultar con un profesional y ver cómo está nuestro laboratorio”, enfatizó González en diálogo con la FM 89.3 Santa María de las Misiones. Además, señaló que un análisis de sangre completo es clave para detectar posibles deficiencias previas y diseñar un plan de alimentación adecuado.
La principal diferencia entre ambos regímenes, aclaró, radica en qué productos de origen animal se excluyen. El vegetarianismo tiene variantes, como el ovolactovegetariano (que consume huevos y lácteos), el lactovegetariano (solo lácteos) o el ovovegetariano (solo huevos), además de los alimentos de origen vegetal.
Por el contrario, el veganismo es más estricto. “Los veganos no consumen ningún alimento de origen animal: ni huevo, ni leche, ni miel”, precisó González y añadió que esta elección a menudo responde a una filosofía de vida ligada al respeto por los animales y la sostenibilidad ambiental.
El desafío nutricional más grande se presenta en el veganismo. Mientras que un vegetariano puede obtener proteínas de alta biodisponibilidad a través de huevos o lácteos, los veganos deben ser más cuidadosos. González explicó que para obtener todos los aminoácidos esenciales es necesario combinar estratégicamente alimentos vegetales, como legumbres con arroz.
Sin embargo, el punto más crítico es la vitamina B12, un nutriente esencial que no se encuentra en alimentos de origen vegetal. “En los veganos se suele suplementar la vitamina B12, que por ahí tiene deficiencia”, remarcó la licenciada como una práctica casi obligatoria para evitar problemas de salud a largo plazo.
Finalmente, González celebró que en la actualidad existe una mayor conciencia sobre el rol del nutricionista. “Hoy en día, los médicos y otros profesionales nos derivan a los pacientes”, comentó, destacando que esto permite crear planes alimentarios personalizados que consideran las preferencias y necesidades específicas de cada individuo, superando las antiguas “listas de permitidos y prohibidos”.




