La Casa Blanca transmitió a Javier Milei que el respaldo de la administración de Donald Trump para sostener el programa económico argentino debía estar acompañado por un compromiso político. Altas fuentes de la Presidencia reconocieron que el principal pedido norteamericano fue que el oficialismo retome el control legislativo y reconstruya puentes con los gobernadores.
El acuerdo fue confirmado este miércoles por el secretario del Tesoro, Scott Bessent, tras semanas de conversaciones. La definición llegó en las últimas horas del domingo, cuando las partes entendieron que un gesto inmediato era necesario antes de la apertura del mercado cambiario.
“Nos pidieron una sola cosa, que retomemos el control político del Congreso”, afirmó un funcionario con acceso directo a la negociación. Según esa fuente, el planteo incluyó la necesidad de conseguir mayorías o al menos aproximarse a ellas para que las iniciativas del Ejecutivo tengan viabilidad parlamentaria.
La administración de Trump también pidió a la Casa Rosada un diagnóstico sobre la futura composición legislativa, en escenarios optimistas y pesimistas. La intención, según señalaron en Washington, es asegurarse de que la ayuda financiera no quede diluida en un escenario de ingobernabilidad.
En Balcarce 50 se habla de un pacto de gobernabilidad que podría comenzar a delinearse después de las elecciones de octubre. “Si fuera por mí, arranco mañana con las convocatorias, pero en medio de la campaña es difícil. La idea es ser más enfáticos en esta cuestión después de los comicios”, explicó una alta fuente del Gobierno.
Milei necesita mayorías para avanzar con reformas de segunda generación, en particular en los terrenos laboral y tributario. Aunque existen sectores políticos que admiten la necesidad de cambios, el proceso de negociación se prevé complejo. El oficialismo enfrenta resistencias por la competencia electoral en varias provincias y por vínculos dañados con mandatarios locales.
En la visión del Presidente, los gobernadores resultan más determinantes que el PRO nacional para garantizar la gobernabilidad. Calculan que hay al menos una docena de mandatarios con intereses comunes que podrían acompañar proyectos clave. El debate interno es si esa aproximación se sellará con cargos en el Gabinete después de diciembre o con un esquema basado en diálogo político.
Por ahora no hay definiciones concretas. La gestión del vínculo con los actores provinciales y legislativos se reparte entre varios referentes del oficialismo: Santiago Caputo, Guillermo Francos, Lisandro Catalán y Martín Menem, entre otros. Esa diversidad de interlocutores refleja, según admiten en el propio oficialismo, la necesidad de ordenar también el sistema interno de toma de decisiones.
(Fuente: Infobae)








