Ricardo Daniel Carías, popularmente conocido como Daniel “La Tota” Santillán, falleció a los 57 años en los últimos minutos del domingo 22 de septiembre de 2024, en un contexto que con el transcurso de la investigación fue pasando de misterioso a trágico.
El hallazgo se produjo a las 23:30 de ese día, cuando se presentaron amigos y parientes en su casa, porque hacía varios días que no respondía llamadas ni mensajes.
Además, señalaron que “la casa estaba cerrada y sin luz” y que, al ingresar a la vivienda, encontraron el cuerpo de La Tota en el piso y con gran parte del mismo “quemado”.
Según la autopsia preliminar, el conductor murió por “síndrome asfíctico” y tenía el 90% de su cuerpo quemado. Además, determinó que no evidenciaba signos de defensa.
Los policías encontraron una botella de un líquido inflamable cerca del conductor, por lo que los investigadores infieren que Santillán se tiró en su cuerpo ese producto y, luego, se prendió fuego.
En tanto, indicaron que los amigos dijeron que “estaba deprimido y angustiado por un conjunto de cosas”, entre ellas, problema de trabajo, económicos y una condena que tenía por causa de género”.
Genio y figura
“La Tota” había nacido el 1 de agosto de 1967 en San Martín, provincia de Mendoza. Desde muy joven enfrentó desafíos significativos que lo llevaron a abandonar su hogar a los 14 años. Para subsistir, se dedicó a vender garrapiñadas y escobas en la calle, además de trabajar como tarjetero en locales nocturnos.
Su tenacidad y carisma lo condujeron a la televisión, donde alcanzó la fama gracias a programas como “Pasión Tropical” y “Pasión de Sábado.” A lo largo de su carrera, se convirtió en una figura central de la movida tropical argentina y cultivó una estrecha amistad con el reconocido cantante Rodrigo Bueno, quien falleció en un accidente de tránsito en 2000.

A pesar de su éxito en los medios, La Tota Santillán luchó con problemas personales y de salud mental. En 2011, fue diagnosticado con bipolaridad, lo que desencadenó varios episodios psiquiátricos a lo largo de los años. En 2016, sufrió un grave episodio que requirió atención médica, y en 2017, fue detenido por un intento de robo. En medio de la pandemia de COVID-19, se vio obligado a convertirse en vendedor ambulante para poder sobrevivir.
En junio de 2023, su vida dio un giro drástico cuando fue condenado a cinco años y medio de prisión por violencia de género contra su expareja y madre de dos de sus hijos. Este hecho marcó un capítulo doloroso en su vida personal, que ya había estado marcada por la controversia y la lucha constante por su bienestar.









