El Senado de la Nación podría aprobar hoy un proyecto histórico: la Ley de Calidad y Seguridad Sanitaria, más conocida como “Ley Nicolás”, en memoria de Nicolás Deanna, joven de 24 años que falleció en 2017 tras un diagnóstico médico erróneo que confundió una meningitis bacteriana con una contractura.
Lo que comenzó como el grito desesperado de su madre Gabriela Covelli, abogada y hoy referente nacional de víctimas de mala praxis, se convirtió en una iniciativa legislativa respaldada por más de 100 familias y que hoy, tras años de lucha, podría transformarse en ley con sanción unánime.
“Nunca va a volver Nicolás, ni los nombres que él representa. Pero, como dije el primer día, si su vida derramó tanto amor, que su partida sirva para salvar a otros. Eso es cuidar a tus hijos y a tus seres amados”, dijo Covelli en una emotiva entrevista con el periodista Gerardo Strejevich.
📌El Senado podría convertir hoy en ley la iniciativa de “Calidad y Seguridad Sanitaria”, más conocida como #LeyNicolás
✅El periodista Gerardo @Strejevich habló esta mañana con Gabriela Covelli, impulsora de la iniciativa
“Queremos una salud segura, humana, digna y de calidad” pic.twitter.com/7l9xRw6PGA— FM De las Misiones (@fmdelasmisiones) September 18, 2025
De la tragedia a la propuesta estructural
En octubre de 2017, Nicolás acudió dos veces al médico por un fuerte dolor de cabeza. Le recetaron analgésicos y le diagnosticaron contractura. Nadie detectó la meningitis bacteriana que lo consumía. Fue internado días después con fiebre y exoftalmos bilateral -síntoma que, según su madre, fue confundido con alergia- y falleció el 2 de noviembre.
Ese dolor fundó la agrupación “Familiares y Víctimas de Mala Praxis”, que impulsó un proyecto de ley para reformar el Código Penal y crear la figura específica de “mala praxis médica”, con penas más severas, registro de profesionales imputados, historias clínicas digitalizadas y encriptadas, y la suspensión preventiva de médicos denunciados.
Aunque el proyecto original tenía un fuerte enfoque penal, la versión que hoy llega al Senado -tras pasar por Diputados en 2023 con media sanción unánime- se centra en la prevención y la calidad sistémica: capacitación obligatoria para el personal de salud, límites en las jornadas laborales y la creación de estadísticas nacionales para detectar falencias en el sistema.
“No es lo mismo un médico atendiendo cuando arranca su jornada que después de 24 horas sin descanso. Queremos una salud segura, humana, digna y de calidad”, subrayó Covelli.
La madre de Nicolás remarcó que el costo fiscal del proyecto es “cero”, según lo informado por la Comisión de Presupuesto del Senado. Pero fue más allá: “Quiero decirle a la Nación que no hay costo que pueda superar la muerte de una sola persona. El costo más alto lo pagaron las víctimas. Uno puede frenar el dólar o la inflación, pero si perdés un hijo, no hay solución”.
“Esto no va a traer de vuelta a nuestros seres queridos”, reconoció Covelli en 2021, al presentar el proyecto. Pero hoy, frente a la inminente sanción, su mensaje resuena con más fuerza que nunca: la partida de Nicolás puede salvar vidas.
Si el Senado da el visto final, la Argentina contará con una herramienta legal para humanizar la medicina, proteger a los pacientes y honrar, con hechos, la memoria de quienes se fueron por errores que jamás debieron ocurrir.










