La bacteria Helicobacter pylori, conocida como “silenciosa” por su capacidad de infectar sin causar síntomas evidentes en la mayoría de las personas, representa la infección bacteriana más frecuente en humanos y puede derivar en gastritis crónica y cáncer gástrico.
Para entender mejor esta amenaza y cómo prevenirla, FM 89.3 Santa María de las Misiones habló con el doctor Fernando Barreyro, especialista en gastroenterología y hepatología, quien explicó detalles fundamentales sobre esta infección.
“La Helicobacter pylori fue conocida hace no mucho tiempo; en 2005, dos investigadores australianos la describieron como causa de gastritis y úlcera, por eso ganaron el premio Nobel de Medicina”, señaló Barreyro, destacando que este hallazgo cambió el concepto de úlcera desde un problema del ácido a una enfermedad infectocontagiosa. Además, explicó que “no solamente genera gastritis, dolor abdominal, úlcera gástrica y úlcera duodenal, sino también cáncer gástrico”.
Sobre la forma en la que se transmite la bacteria, el especialista aclaró que “la mayoría de los contagios se realizan en la infancia porque es una bacteria que se infecta a través de un mecanismo que se llama fecal-oral”, es decir, cuando “ciertos residuos del medioambiente son ingeridos o llevados a la boca”, principalmente a través de alimentos, agua o una higiene deficiente. Aclaró que “de una persona a otra no la puede contagiar, no es un mecanismo viable de contagio”.
El término “bacteria silenciosa” responde a que muchas personas infectadas no presentan síntomas. Barreyro detalló que “aproximadamente 20 o 25% pueden generar síntomas que van desde hinchazón, dolor, hasta acidez en la boca del estómago, pero hay un gran grupo que no tiene síntomas y cursa de manera asintomática”. Precisó que “justamente las personas que desarrollan la progresión a cáncer gástrico son aquellas que evolucionan de manera silente”, con un daño que se produce lentamente hasta llegar a un carcinoma gástrico.
Consultado sobre el tiempo que tarda en manifestarse, el doctor indicó que “a ciencia cierta no se sabe la historia natural”, pero señaló que la infección requiere “cofactores” como predisposición genética o factores ambientales, por ejemplo, “consumir analgésicos o dietas ricas en nitratos y nitritos”. Resaltó que “en Misiones, una de cada dos personas tiene Helicobacter pylori”, aunque aclaró que no todos desarrollan cáncer porque “no tenemos los hábitos higiénico-dietéticos que están asociados con cáncer gástrico y la predisposición de la población es baja”.
En relación a la historia clínica, remarcó que “el antecedente familiar de cáncer gástrico nos obliga a estudiar al paciente aunque no tenga ningún síntoma”, porque “para la Organización Mundial de la Salud, el Helicobacter pylori es un carcinógeno de grado uno”. Por esto, “sí es importante detectar a aquellas personas con antecedentes familiares, aconsejarlas, testearlas y erradicar la bacteria”.
El tratamiento es complejo debido a la resistencia que ha desarrollado la bacteria: “Necesitamos dos o tres antibióticos combinados con un protector gástrico, porque si no, erradicamos el Helicobacter pero dañamos el estómago”. También advirtió que “los antibióticos pueden tener efectos adversos en interacciones con otros medicamentos, especialmente en personas polimedicadas”.
Acerca del diagnóstico, precisó que “testeamos solo a personas con síntomas o antecedentes familiares, no hacemos testeo masivo porque no es beneficioso”. Detalló que se emplean estudios invasivos, mediante biopsia gastroscópica, y no invasivos, como “el test de materia fecal o el test del aire espirado”.
Sobre la prevención, subrayó que “más allá de comer alimentos cocinados y agua potable, no hay otras medidas específicas”, y recomendó la higiene: “El lavado de manos es universal y probablemente ayuda a prevenir esta infección, aunque no hay estudios específicos para Helicobacter”.








