Al finalizar la sesión de yoga sentimos lo que los Maestros describen como “el aquietamiento del flujo desordenado de los pensamientos, de los apegos, de la búsqueda de lo que creemos felicidad, para encontrar un gozo más profundo que surge del interior mismo del cuerpo y lo trasciende”. Y así es. Ahora permanecemos sentados en la mat y buscamos la lectura habitual. En la página señalada el Dr. Deepak Chopra nos decía: “Lo que distingue a una experiencia cumbre no es su intensidad sino su significado… Todos quienes la han tenido intentan revivirla”.
Luego seguimos leyendo: “Pero la mayoría sufre una decepción, pues un momento de conciencia elevada no es lo mismo que adquirirla. Lo que se necesita es un sendero hacia la transformación, guiado por una visión de las posibilidades inspiradas por aquella primera probada”.
Y continúa diciéndonos el Doctor: “En las tradiciones espirituales del mundo, la búsqueda del éxtasis es tu estado energético original. Volver a él es volver a casa para establecerte definitivamente. Este objetivo recibe muchos nombres: redención, salvación, trascendencia e iluminación. Hay tantos senderos como dogmas y maestros espirituales. Pero al final de cuentas se propugna una sola verdad: el alma humana anhela volver al lugar donde reside el éxtasis. Ahí puede hallarse la unión con el misterio de Dios”.
Levantamos la vista unos instantes para reflexionar sobre tan profunda enseñanza y seguimos leyendo: “¿Es posible expandir nuestra conciencia hasta que se funda con la de Dios? La respuesta que proponen las tradiciones espirituales del mundo es que sí lo es, pero para el individuo la única prueba reside en experimentar esa unión”. (Aquí recordamos que la palabra Yoga significa unión). Y completa el Doctor y Maestro: “Para ello se requiere una decisión de vida”. Queremos seguir leyendo, pero señalamos la página porque debemos retirarnos. Namasté.
Ana Laborde
Profesora de Yoga
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