De acuerdo a registros que el agrometeorólogo José Olinuck, ya jubilado del INTA, elabora desde hace más de cuatro décadas, para estudiar el comportamiento del clima en Misiones, se puede interpretar que, en los últimos cinco, viene ocurriendo “una marcada variabilidad” que combina frío extremo con días de mucho calor.
Este “sube y baja” en el estado del tiempo hizo, por ejemplo, que durante este invierno -que ya termina- “se combinen días de frío extremo seguido de jornadas con máximas récord y nuevamente el regreso del frío, todo en períodos relativamente breves”, aseguró.
El cambio más abrupto, si se quiere, se dio el 24 de junio de este año cuando la estación meteorológica del INTA en esta localidad midió 7,1 grados bajo cero al nivel del suelo, un valor sin precedentes para ese mes en los 58 años de mediciones sistemáticas que lleva adelante el organismo, como ya informó este Diario oportunamente.
“Ese dato fue récord histórico en el mes de junio en el que no es habitual que el frío sea tan crudo”, destacó el especialista en diálogo con PRIMERA EDICIÓN.
Para Olinuck, “la baja temperatura es inédita en todo sentido, en un año además muy particular en cuanto a las heladas, porque fue mucho más acentuado el invierno, algo también atípico para Misiones. Caso distinto se dio en julio, cuando el invierno sí se empieza hacer sentir: el primer día de ese mes el frío llegó a 6,3 bajo cero, muy intenso, por cierto, pero ‘normal’ para ese mes”. (Ver recuadro)
“Lo llamativo fue el cambio abrupto que sobrevino poco tiempo después”, amplió.
En ese sentido, el agrometeorólogo también hizo hincapié en el fenómeno que va de la mano: la creciente irregularidad de las condiciones meteorológicas.
“Lo que veo es que los valores se están haciendo más variables, tanto en temperatura como en lluvias. No solamente hay una tendencia al calentamiento, también tenemos días de extremo de frío y días de alto calor, ambas con ocurrencia en cortos períodos de tiempo entre sí”, advirtió.
Esa variabilidad se refleja en las máximas inusuales que Olinuck fue registrando en estos últimos cinco años: “En junio de 2023 se alcanzaron 30,3 grados, algo inédito para ese mes. En agosto de 2021 se midieron 35 grados y en septiembre-octubre del mismo año, 38 y 40 grados. Son todos récords históricos de calor”, enumeró.
Este comportamiento, según el experto, contrasta con el pasado reciente. Hasta comienzos del siglo XXI, hace 25 años, las máximas de junio difícilmente superaban los 27°C y las de agosto rondaban valores mucho más templados.
Inviernos más crudos
Olinuck precisó que la ola polar que comenzó en junio se extendió también al mes siguiente, algo que también fue singular para una provincia como Misiones, donde los inviernos suelen tener muchos días templados y no son tan crudos como en otras regiones.
“El primer día de julio tuvimos 6,3 bajo cero. Fue una helada muy intensa, aunque no récord. Hasta ahora, la temperatura más baja registrada en julio fue 8,2 grados bajo cero el 18 de julio de 2017. Ese sigue siendo el valor más bajo registrado a la intemperie en toda la historia de la estación”, señaló.
Ese antecedente de 2017 marcó un hito: no solo se trató del registro más crudo para el mes de julio, sino que hasta hoy continúa siendo la mínima absoluta de la serie para cualquier mes.
La sucesión de días de frío extremo también es relevante.
“La sistematicidad de esos registros que llevamos sin pausa desde que se creó la estación meteorológica del INTA nos permite hoy comparar décadas y analizar tendencias que impactarán tanto en la producción agropecuaria como en la vida cotidiana de las personas. El valioso, sin duda, porque ayudan para la toma de decisiones, productivas sobre todo”.





