Es muy importante que seamos conscientes que todo es energía puesto que todo vibra, pulsa y emite una frecuencia. Y así como tu corazón irradia ondas que afectan a quienes te rodean, también tus pensamientos, tus palabras y tu presencia transforman los espacios. Cuando entras en un lugar, no solo llegas tú, también llega tu campo energético, tu historia, tu vibración. Y con solo estar, modificas el tejido invisible del entorno.
La vibración de un lugar puede sostener memorias antiguas, emociones estancadas, densidades no expresadas; pero también puede convertirse en un altar vivo de luz, paz y expansión.
¿Y cómo se eleva esa vibración?
No es con esfuerzo, sino con consciencia. Una respiración profunda y con intención puede purificar el aire sutil. Una palabra amable puede abrir puertas que estaban cerradas. Un acto de presencia puede anclar luz donde había olvido. Una canción, una oración, un aroma, una risa; pueden reconfigurar el campo energético entero de un espacio.
En un mundo que muchas veces grita y expresa caos, miedo o desconexión, tú puedes ser el punto de luz que transforma todo. Elevar la vibración del entorno no es imponer nada, es simplemente ser tú en estado puro, como un sol que no pide permiso para brillar.
Porque cuando tú te elevas, el mundo que habitas también lo hace contigo. Al entrar a un lugar, ya sea tu casa, un espacio público o la naturaleza, haz una pausa de unos segundos y respira profundamente.
Siente tu corazón expandirse como una esfera de luz e imagina que esa luz inunda el entorno, limpiando, armonizando, elevando las energías. También puedes poner una música o un mantra suave, encender una vela o un incienso mientras permaneces en silencio unos minutos sintiendo cómo cambia el campo energético del ambiente. Haz esto cada vez que lo precises y observa cómo todo cambia y las energías se transforman a tu alrededor.
Tú eres un catalizador viviente; una antena que puede bajar frecuencias elevadas al plano físico a través de la conciencia y de la intención. Cada vez que entras en un lugar con el corazón abierto y el alma alineada, los muros escuchan, la tierra se limpia y el aire respira diferente. Decreta siempre desde el corazón la siguiente afirmación:
“Yo Soy un canal de armonía y luz. A donde voy, llevo paz. Con mi sola presencia, la vibración del entorno se eleva”. Nos vamos acompañando.
Karina Holoveski
Mujer Medicina-Chamana.
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