Mientras la recesión económica ocupa buena parte del debate público en la Argentina, hay otra recesión silenciosa que atraviesa a miles de hogares: la sexual.
En el programa Primera Plana que se emite por FM 89.3 Santa María de las Misiones, hablaron al respecto con Nerea Acosta, psicóloga clínica especializada en sexualidad, quien advirtió sobre una caída sostenida en la frecuencia de las relaciones íntimas entre parejas.
“Estamos cada vez más desconectados de nuestros cuerpos. La ansiedad, el estrés y las pantallas están desplazando el deseo”, afirmó.
Menos sexo, más scroll
Acosta señala que el fenómeno no se limita al país, sino que es global. “Las plataformas de streaming como Netflix y el uso excesivo de redes sociales están reemplazando el tiempo de intimidad. Y no se trata solo de ocio: el bombardeo de información, las exigencias cotidianas y la sobrecarga emocional hacen que el cuerpo quede en segundo plano”, explicó.
La psicóloga advirtió que muchas personas optan por la masturbación como forma rápida de descarga sin necesidad de conexión emocional. “Eso no es malo en sí mismo —dijo—, pero puede convertirse en un sustituto del vínculo real con otra persona”.
“Fingimos demencia”: el silencioso acuerdo de no hablar del tema
En consulta, Acosta observa una tendencia creciente: parejas que conviven sin mantener relaciones sexuales durante meses o incluso años. “No lo hablan. Simplemente lo evitan. Fingen demencia. Se dan besos, se abrazan, pero no hay encuentro de cuerpos”.
En algunos casos, incluso surgen conflictos cuando uno de los miembros de la pareja se masturba en secreto. “Para muchos, eso se vive como una infidelidad. Pero lo cierto es que esa ‘punta del iceberg’ sexual revela conflictos más profundos en la pareja”, explicó.
El peso de la culpa: “No me desea más”
Otro factor que aparece con frecuencia es la culpa. “Muchas personas piensan que si su pareja no se excita con ellas, es porque ya no son atractivas, o porque no hacen las cosas bien en la cama. Y no es así. El deseo es algo muy personal. Nadie puede hacer que el otro llegue al orgasmo si esa persona no se conoce a sí misma”, enfatizó Acosta.
La psicóloga también remarcó que, cuando el deseo sexual se pierde, muchas veces no es por falta de amor, sino por otros conflictos que la pareja no logra nombrar.
¿Cómo se puede recuperar la intimidad?
Para Acosta, reconectar con la sexualidad no implica volver “sí o sí” al sexo. Se trata de reconstruir el vínculo desde los gestos, la comunicación y el juego. Entre sus recomendaciones:
- Evitar prender la televisión o mirar Netflix antes de dormir.
- Cocinar juntos, poner música, conversar sin interrupciones.
- Ser más amorosos en lo cotidiano: “Las parejas se excitan cuando se sienten cuidadas”, afirmó.
- Incorporar juegos eróticos como cartas o preguntas cómplices.
- Probar con juguetes sexuales de bajo costo para redescubrir el cuerpo del otro.
“La clave es reconectar con el placer de estar presente. La intimidad no siempre tiene que derivar en penetración. Puede ser una mirada, una caricia, una conversación honesta. Pero para eso hay que apagar las pantallas y encender el vínculo”, resumió.
¿Terapia individual o de pareja?
Cuando surgen estos conflictos, Acosta recomienda empezar por un análisis individual. “Las terapias de pareja funcionan mejor cuando hay objetivos concretos, como buscar un hijo. Pero cuando hay falta de deseo o infidelidad, lo más eficaz suele ser el trabajo personal”, explicó.
Una oportunidad en tiempos difíciles
“Hoy tener pareja ya es algo difícil. Conectar de verdad, aún más. Pero si tenemos la posibilidad de compartir la vida con alguien que nos quiere y elige, no hay que darlo por sentado. Hay que trabajar ese vínculo”, cerró Acosta.
En medio de una sociedad marcada por la velocidad, la hiperconectividad y el cansancio crónico, detenerse a mirar al otro y a uno mismo puede ser el primer paso para salir de la recesión más íntima de todas.





