En los últimos días se conoció la nueva intervención del Estado nacional y se trata de que el Instituto Nacional del Agua (INA) dejará de funcionar como organismo descentralizado y pasa a ser una unidad organizativa dependiente de la Secretaría de Obras Públicas del Ministerio de Economía.
“Según como uno lo vea es un cambio muy significativo o un cambio no tan significativo”, manifestó el ingeniero Juan Borus, quien es el responsable del pronóstico hidrológico del Instituto a la FM 89.3 Santa María de las Misiones.
Detalló que un “organismo descentralizado se caracteriza por tener un Departamento Administrativo Financiero”, lo que permite cierta agilidad y margen de gestión propia en la construcción de proyectos académicos e intercambio con la sociedad. Por ende, señaló que “habrá una lentitud en los procedimientos”.
Aunque observó que “si lo pienso positivamente, al estar ahí arriba podríamos tener una capacidad de llegada mejor” a quienes toman decisiones. En esta línea, Borus dio como ejemplo que “nosotros tenemos desde INA un convenio con la Estación Experimental Agropecuaria Delta del Paraná (Buenos Aires)” con dos proyectos: “el de Alerta Hidrológico y el programa de Hidráulica Computacional, con los cuales y a pesar de los vaivenes institucionales, tenemos en la mira un montón de acciones” para llevar a cabo.
Para el ingeniero, entonces, la misión del grupo de trabajo será “hacer la gestión de la mejor manera para que el Secretario de Obras Públicas entienda lo que es el convenio y INA INTA, entienda para qué estamos y por qué le servimos a la población, especialmente a la Delta del Paraná, pero también de toda la región y se avenga a firmar la nueva del convenio”.
Borus comentó que leyó como 10 veces el documento y que la primera parte le generó mucha bronca, por eso se quedó solamente “con el artículo tres nada más”, donde menciona que continuará la marca INA. En tanto, sobre las dificultades que atraviesa el Instituto, indicó que “llevamos aproximadamente unos 12 a 15 años con un deterioro progresivo del presupuesto”, lo que se traduce en un montón de acciones y una de ellas es en “la dificultad enorme que tenemos en incorporar gente joven al equipo de trabajo, profesionales jóvenes que estén bien pagados y que estén bien considerados“.
Y remarcó que ese es un “gran problema” porque el INA necesita de gente joven, capaz, que vean un camino, que se vayan capacitando y que finalmente tomen la posta de todos los proyectos futuros que existen en el organismo.




