La Dirección de Nutrición Escolar retiró el poder de administrar los fondos del comedor de la Escuela 633, de Campo Ramón, al director Marcelo Poje y a la vicedirectora Patricia Hartel, luego de detectar compras de bebidas alcohólicas y de alimentos que no estaban destinados a servirse entre los alumnos de esta escuela primaria.
En la actualidad, tienen este poder de firmar para administrar los fondos del comedor escolar otras dos docentes de la institución educativa.
Según supo PRIMERA EDICIÓN, las irregularidades salieron a la luz cuando la comisión del comedor, integrada por los docentes de esa escuela, comenzó a hacer el balance de los fondos 2024 y se encontró con una compra de bebidas alcohólicas a nombre de la Escuela 633. También encontraron comprobantes de compra de panes dulces que no se sirvieron a los alumnos en el comedor escolar y varias extracciones bancarias que restaron un monto de 400.000 pesos a las partidas que llegaron entre noviembre pasado y marzo de este año para el comedor escolar y que no estaban acompañadas de tickets que expliquen el uso de ese dinero, los que comenzaron a aparecer avanzado el ciclo lectivo, aunque sin orden ni organización.
La compra de panes dulces y sidras se realizó el 18 de diciembre junto con los insumos para preparar pizzas para los alumnos (harina, queso cuartirolo, latas de morrones y rollos de cocina), comida que sí se sirvió en el comedor como cierre del año lectivo, según pudo confirmar este Diario.
No obstante, nadie supo decir qué destino tuvieron los panes dulces ni las sidras. Por los panes se pagaron 54.320 pesos y por las sidras 68.856 pesos. Todo salió del fondo que el Estado destina como refuerzo alimentario para los alumnos del nivel primario que tienen mayor vulnerabilidad socio-económica.
Poder de firma
La situación fue dada a conocer a la supervisora en los primeros días de mayo pero, aparentemente, el reclamo habría quedado en su oficina si los docentes no hubieran llevado los comprobantes de las compras y registros de las extracciones bancarias ante la Dirección de Nutrición Escolar del Consejo General de Educación, a cargo de Gabriela Reyna Allan, quien actuó de inmediato: al día siguiente de tomar conocimiento, el 4 de junio, retiró el poder de firma de los fondos del comedor al director y vicedirectora y elevó la documentación para su investigación ante la Dirección de Asuntos Jurídicos.
Pocos días después de la intervención de la supervisora, quien fue a la escuela para reunirse con la comisión de comedor, el director presentó 15 días de licencia médica. Este 3 de junio, cuando debía regresar, volvió a presentar una licencia por otros 20 días. Aunque la segunda en valoración es la vicedirectora Hartel, generó confusión en la escuela que la supervisión enviara una disposición designándola a cargo de la dirección durante la ausencia de Poje, dada la actuación de esta docente.
Edificio a medias
La Escuela 633 funciona en un edificio construido a medias, es que en 2023 gran parte del mismo fue desmontada para su refacción integral con fondos nacionales, pero al inicio de las clases de 2024, la obra estaba al 10% de ejecución y los fondos nacionales para infraestructura escolar totalmente cortados.
Por eso, la Provincia se hizo cargo de acondicionar al menos siete de las once aulas, los sanitarios y la cocina para poder usar el edificio a partir de 2025.
Durante un año, los alumnos debieron tener clases en un pequeño taller anexo a la estructura principal de la escuela y, como no entraban todos, la dirección del establecimiento redujo la jornada escolar a dos horas.
Su director estuvo al frente de la gestión para acelerar la readecuación del edificio escolar para que los alumnos pudieran dejar de tener clases en el aula taller y en horario reducido, situación que se extendió a lo largo del año pasado.
Finalmente este año, la escuela recuperó su horario habitual de modalidad de jornada completa, de 8 a 16, por lo que recibe fondos para poder brindar desayuno, almuerzo y la merienda a los alumnos. Como muchas escuelas de jornada completa cuyos estudiantes son en su mayoría de familias humildes, el servicio de comedor garantiza el plato diario de comida caliente para los chicos.





