En el Centro de Producción y Validación Hortícola de San Vicente, se desarrolla un proyecto innovador que transforma el concepto de la producción de sandía en la región. Se trata de una variedad conocida como “Sandía Baby” o “Tigrinho RZ”, un híbrido F1 de características únicas, que se cultiva en invernaderos mediante un sistema tutorado y en contra estación, lo que permite cosechar durante el otoño e invierno, cuando la sandía tradicional escasea en el mercado. Este cultivo, combina tecnología agrícola con una respuesta directa a las demandas del consumidor y sienta un precedente en la horticultura local.
El proceso comienza con el trasplante de las plántulas, que este año tuvo lugar el 28 de febrero. Tras un ciclo de 90 días, la cosecha se concreta alrededor del 15 de mayo. Cada invernadero alberga unas 1.800 plantas, con una densidad cuidadosamente planificada para optimizar el espacio.
Cada planta produce entre uno y dos frutos, con un peso promedio de 2,5 kilogramos, aunque los frutos suelen oscilar entre 1,5 y algo más de 2 kilogramos. La sandía Tigrinho RZ se distingue por su forma redonda, su carne roja, su piel rayada (que le da el nombre Tigrinho) y la presencia de microsemillas, características que la hacen atractiva tanto para productores como para consumidores.
“Ese cultivo tiene la particularidad de ser tutorado, vertical, diferente de la sandía de campo. Se aprovecha mucho más el espacio dentro del invernadero y la fruta está mucho más limpia y sana, porque no está contra el piso”, explicó la gerente de la Biofábrica de Misiones, Luciana Imbrogno, a ECO&AGRO.
Este sistema de tutorado, en el que las plantas crecen en estructuras verticales, permite maximizar el uso del espacio en los invernaderos, una ventaja clave en un entorno controlado. Además, al evitar el contacto directo con el suelo, los frutos presentan una mejor calidad sanitaria, lo que reduce pérdidas y mejora su presentación en el mercado.
El cultivo en invernadero también responde a un objetivo estratégico: producir en contra estación. “Se hace además en invernadero, para que se haga en contra estación. De esta manera, en la temporada otoño/invierno se cosecha esta sandía, porque la tradicional no hay y se logra mayor precio de venta”, detalló Imbrogno.
Esta decisión permite abastecer el mercado en un momento en que la oferta de sandía es limitada, lo que se traduce en mejores precios y una mayor competitividad para los horticultores locales.
A medida del consumidor
Otro aspecto destacado de la sandía Tigrinho RZ es su tamaño, pensado específicamente para adaptarse a las preferencias del consumidor moderno. “Tiene el tamaño que busca el consumidor, porque muchas veces terminan partiendo la sandía grande a la mitad, para comprarla. Entonces, estas tienen alrededor de dos kilos, entre un kilo y medio, dos kilos y piquito, entonces es más fácil para el consumidor y para el vendedor”, indicó Imbrogno.
Este formato más pequeño y manejable responde a una tendencia de mercado en la que las familias prefieren adquirir frutas que puedan consumirse en una sola ocasión, sin necesidad de almacenar o desechar sobrantes.
El uso de invernaderos, combinado con el sistema de tutorado, no solo optimiza el espacio, sino que también protege a las plantas de las inclemencias climáticas, como las lluvias o las bajas temperaturas, que son comunes en la región durante el otoño y el invierno.
La producción de esta sandía no está exenta de desafíos. El manejo del cultivo tutorado requiere un seguimiento constante para garantizar que las plantas crezcan correctamente y que los frutos alcancen el peso y la calidad esperados.
Además, el control de las condiciones dentro del invernadero, como la temperatura, la humedad y la ventilación, es fundamental para el éxito del cultivo. Sin embargo, los resultados obtenidos hasta el momento son prometedores, y la cosecha de mayo de 2025 se perfila como un nuevo paso hacia la consolidación de este modelo productivo.
La sandía Tigrinho RZ no solo representa una innovación en términos técnicos, sino también una respuesta a las dinámicas del mercado. Al ofrecer un producto de alta calidad en un momento de baja oferta, los productores hortícolas que apuesten a esta fruta podrán posicionarse en un segmento competitivo.