El 27 de marzo de 1972, el Kosmos 482 protagonizaba una misión espacial de la Unión Soviética que fracasó a medio camino. 53 años más tarde, parte de él está a punto de regresar a la Tierra y, posiblemente de forma violenta.
Así lo advirtieron astrónomos que, sin embargo, a fecha de hoy aún no lograron establecer ni el momento exacto del posible impacto ni su ubicación.
Según las últimas previsiones, la fecha más probable es el sábado 10 de mayo, pero con tal incertidumbre que cabe la posibilidad de que ocurra en el amplio margen “entre el viernes y el domingo”.
De qué se trata
La misión del Kosmos 482 fracasó en 1972 debido a un fallo en la etapa superior del cohete portador, que no pudo completar su viaje a Venus y dejó el módulo atrapado en una órbita muy elíptica alrededor de la Tierra.
Lo que reviste especial interés es el módulo de descenso de esta misión, es decir, el módulo de aterrizaje, que está a punto de precipitarse sobre nuestro planeta envuelto en un caparazón protector de titanio.
El objeto debería pesar algo menos de 500 kilos y medir aproximadamente 1 metro de diámetro, con una forma semiglobular como una especie de cubo metálico redondeado.
“Incontrolada y potencialmente peligrosa”
Es un objeto peligroso porque está equipado con un caparazón protector diseñado para sobrevivir atravesando la atmósfera de Venus, que es extremadamente densa y caliente. Por tanto, en teoría, al ser nuestra atmósfera más “fácil” de atravesar que la de Venus, el módulo de aterrizaje podría sobrevivir hasta estrellarse contra la superficie de nuestro planeta.
De ser así, el impacto será casi con toda seguridad violento porque, aunque el módulo de aterrizaje estuviera equipado con un sistema de liberación por paracaídas, es muy poco probable que éste siga funcionando después de más de medio siglo y con las baterías completamente agotadas.
Sin embargo, hay muchos otros factores inciertos, como la antigüedad del objeto, que podría haber reducido drásticamente su resistencia a la fricción atmosférica, dejando abierta la posibilidad de que el módulo de aterrizaje se destruyera al atravesar la atmósfera terrestre.
La actividad solar también podría influir en la fecha precisa del impacto: una actividad más intensa, es decir, un viento solar más intenso, puede modificar la extensión de la atmósfera superior, lo que puede dar lugar a un arrastre atmosférico diferente y a una velocidad distinta a la que decae la órbita del objeto.
¿Dónde se producirá el impacto?
En cuanto a la ubicación, dado que la órbita del objeto es especialmente alargada, resulta extremadamente difícil calcularla de antemano. Lo que sí se puede adelantar es que las probabilidades de que el módulo de aterrizaje se estrelle contra un centro habitado son estadísticamente bastante bajas.
En primer lugar, porque la mayor parte de la superficie de nuestro planeta está cubierta por mares y océanos y, en segundo lugar, porque la superficie terrestre también está en su mayor parte sin desarrollar.
Además, como Kosmos 482 tiene una inclinación orbital de unos 52°, la reentrada puede tener lugar entre las latitudes 52 N y 52 S.
También se supone que el módulo de aterrizaje llegará a la superficie de la Tierra como un único objeto, por lo que los riesgos de daños materiales o personales son menores que los de múltiples objetos.
Se tratará, pues, de una reentrada incontrolada con riesgos comparables a los de un impacto meteórico con una energía cinética similar a la de un fragmento de meteorito de unos 40-55 centímetros de diámetro.
Fuente: Meteored