
En el corazón del Mercado Concentrador de Posadas, la última semana de cada mes, un pequeño box se convierte en aula y taller. Allí, entre masas, harinas y charlas, Norma López -docente de grado jubilada y productora regional de 60 años, diagnosticada con celiaquía grado 4 desde 2006- enseña a personas con celiaquía o a sus familias a cocinar sin gluten.
“Es mi forma de devolver lo que recibí, de acompañar”, compartió Norma en diálogo con PRIMERA EDICIÓN. “Enseño recetas básicas como a hacer pan, pizza, pastas, empanadas, según la época del año también hacemos recetas especiales para Pascua, Navidad, Año Nuevo, o lo que me van pidiendo de acuerdo a sus intereses”.
“A mis clases vienen personas de todas las edades, desde los 15 o 16 años hasta los 60 o más. Personas diagnosticadas con celiaquía y también con distintas patologías ligadas a la alimentación con gluten, siempre con ganas de aprender algo que los ayude a mejorar su día a día”.
Su historia
En 2006, luego de muchos problemas de salud, Norma dio con el diagnóstico acertado: celiaquía en grado 4. Pero lo que podría haber sido una barrera, se transformó en motor y comenzó a adentrarse cada vez más en la cocina.
“Era necesario porque los productos que encontraba en las dietéticas eran muy caros, incluso en el mercado o ferias no había mucho. Lo que encontrabas estaba congelado, era muy seco o muy ácido. Yo quería algo fresco, sabroso, que realmente se pudiera disfrutar. Yo necesitaba comer y también poder compartir con mi familia”, recordó.
Fue así como comenzó a investigar, probar recetas y, poco a poco, a vender sus productos, primero en las ferias francas y más tarde en el propio Mercado Concentrador. “Ya enseñaba, así que pedía permiso a los directivos y me tomaba un día para enseñar lo que iba aprendiendo con otros celíacos”, comentó.
Vocación docente
Con el correr del tiempo, el boca a boca hizo su trabajo y sus clases se volvieron cada vez más concurridas. Norma siguió formándose: viajó, investigó, tomó cursos y asistió a ferias especializadas, como la Expo Celíaca en Buenos Aires. Incluso obtuvo un postítulo en alimentación saludable.
En 2018, solicitó al Consejo de Educación un espacio exclusivo para enseñar cocina sin gluten. Así, pasó de ser maestra de grado a convertirse oficialmente en “especialista en cocina libre de gluten”. Durante esos años, combinó su rol como docente tradicional por las mañanas con la formación culinaria por las noches, donde daba cursos para adultos certificados por el Estado.
“Comenzó llamándose ‘Auxiliar de cocina libre de gluten’, después pasó a ser ‘Cocina saludable, libre de gluten’. Son muchas promociones las que pasaron por esos cursos”, recordó con cariño.
Ya jubilada desde 2023, Norma continúa como productora en el Mercado Concentrador de Posadas y, una vez al mes, ofrece clases gratuitas de cocina sin gluten. “Aprendemos lo básico: pan, una masa de pizza que sea más esponjosa, más húmeda, budines, empanadas, fideos, raviolones, preparaciones agradables al paladar”.
Los encuentros duran alrededor de dos horas. “Todos traen sus ingredientes y elaboramos en el momento. Se van con sus productos, pero no horneamos ahí: hornean en casa”, aclaró.

Más que recetas: una red solidaria
Además del aprendizaje técnico, los encuentros se convierten en espacios de intercambio, apoyo y comunidad. “Lo más lindo es el intercambio de experiencias, la ayuda que se dan entre ellos, las recomendaciones de dónde comprar los productos, cómo abaratar costos, los tips, los detalles, los secretos que encuentran frente a cada problema en la cocina”.
Esta puesta en común se extiende también al canal principal de comunicación entre los participantes: un grupo de Whatsapp llamado “Cocina sin gluten de Norma López”, que hoy cuenta con más de 200 integrantes, entre estudiantes, egresados y personas interesadas.
Norma también remarcó que su mayor consejo para quienes comienzan este camino con un diagnóstico reciente es “no hay que desesperarse, incluso si uno nunca tuvo contacto con la cocina, hay que ir despacito, con paciencia, probar y más tarde o más temprano sale”.

Un día para concientizar
En el marco del Día Internacional del Celíaco que se conmemora hoy 5 de mayo, Norma compartió una última reflexión: “A veces me preguntan ‘¿qué celebramos?’, como si no hubiera nada para festejar. Pero sí, claro que hay mucho para celebrar. Celebramos haber sido diagnosticados, haber encontrado una respuesta, que recuperamos nuestra salud, que hoy comemos bien, que ya no estamos solos, porque encontramos a muchas otras personas que viven lo mismo que nosotros y con quienes podemos compartir”.
“Este día es una oportunidad para seguir generando conciencia hacia una alimentación más saludable ”, concluyó.
Norma estuvo presente hoy en la jornada de concientización
Ver esta publicación en Instagram








