Con la llegada del otoño y el descenso de las temperaturas, muchas personas recurren a los calefactores eléctricos portátiles para calentar ambientes pequeños. Son prácticos, económicos y de rápida acción. Pero también pueden convertirse en una amenaza si se los utiliza sin los cuidados necesarios.
“Los caloventores, estufas eléctricas y calefactores portátiles están entre los principales causantes de incendios domésticos durante los meses fríos”, alertan especialistas en seguridad eléctrica. Las cifras lo respaldan: estos artefactos encabezan la lista de siniestros por mal uso.
Los errores más comunes
Aunque su funcionamiento parece inofensivo, usar calefactores eléctricos implica riesgos si no se siguen ciertas reglas básicas. Estos son los descuidos más frecuentes:
Colocarlos cerca de cortinas, mantas o muebles inflamables.
Dejarlos encendidos mientras se duerme o al salir del hogar.
Usarlos con alargadores o zapatillas eléctricas.
Ubicarlos sobre superficies inestables o en ambientes húmedos.
Encenderlos si tienen cables pelados o enchufes flojos.
Recomendaciones para un uso seguro
El Texas Department of Insurance (TDI) difundió una serie de medidas para evitar accidentes con estos aparatos:
Revisá siempre el estado del equipo antes de usarlo.
No lo enchufes a extensiones o múltiples.
Mantenelo a más de un metro de cualquier objeto inflamable.
Ubicalo lejos de zonas de paso, especialmente si hay niños o mascotas.
Apagalo al salir de la habitación o antes de dormir.
Elegí modelos con apagado automático en caso de caída.