
En un contexto de creciente desregulación en la cadena yerbatera, los productores de las regiones sur y centro de Misiones están buscando nuevas formas de enfrentar los desafíos del sector.
La necesidad de iniciar la cosecha, aunque sea “por goteo”, para vender su producción a pesar de los precios insuficientes que se están pagando por la hoja verde, ha llevado a muchos a replantearse su situación.
Es el caso de Apóstoles, donde el propietario de dos secaderos Mario Karabyn embandera el proyecto de crear una cooperativa que permita a los colonos elaborar su propia yerba.
En diálogo con la FM 89.3 Santa María de las Misiones, Karabyn explicó que la idea es que los productores se unan para agregar valor a su trabajo primario. “La idea es tratar de preparar una buena materia prima y estacionarla, lo que puede llevar hasta dos años“, comentó, enfatizando la importancia de la calidad de la yerba.
Si bien no pudo precisar el número exacto, el industrial misionero destacó el creciente interés entre los productores por unirse a esta iniciativa. “Hay varios que están con la idea de empezar este nuevo emprendimiento”, aseguró.
La cooperativa no solo buscaría crear una marca propia, sino también establecer un mercado que permita a los productores vivir de su trabajo durante todo el año.
“Lo importante es tener entre 25 y 30 socios, no se trata de tener cientos de clientes, sino de trabajar juntos para lograr un buen producto”, planteó.
Sin embargo, reconoció que el camino no es sencillo. Además, muchos productores temen arriesgarse a perder lo que ya tienen. “Es un desafío, pero hay que arriesgarse para conseguir otro tipo de ingreso”, arengó, insistiendo en la calidad de la yerba que se puede producir en la zona.
Con una historia familiar en la producción de yerba que se remonta a varias generaciones, la propuesta de Karabyn se enmarca en un contexto donde muchos productores están considerando abandonar el sector debido a la falta de rentabilidad. “Hay muchos que quieren irse porque buscan números grandes y la chacra no les da”, lamentó. Por ello, invitó a los productores a unirse a la cooperativa y arriesgarse por un futuro más prometedor.
Una situación similar se plantea en Aristóbulo del Valle, donde un grupo de productores buscan asociarse de forma cooperativa con algún secadero que les permita buscar sus propios mercados con su propia “marca” de yerba para “independizarse” del cuasi monopolio actual de la molinería.
Jorge Skripczuk es uno de los que está trabajando arduamente en la búsqueda de nuevas oportunidades. En entrevista con la FM 89.3 Santa María de las Misiones, mencionó que están considerando alquilar un secadero en la zona para poder elaborar la yerba de sus socios y que ya han notado interés de otros productores en unirse a esta iniciativa.
“Desde 2021 hemos estado en contacto a través de un grupo de WhatsApp y ahora sentimos que es el momento adecuado para dar el primer paso”, confió.
En cuanto a la infraestructura necesaria, Skripczuk confirmó que ya tienen un secadero en vista y que están explorando posibles compradores para la yerba canchada. Aclaró que si bien el secadero cumplirá con la primera etapa del proceso, la molienda y el empaquetado podrían tercerizarse en el futuro.
Un aspecto que Jorge considera fundamental es la diferenciación en la calidad de la yerba, por eso abogó por que se identifique en el paquete el tipo de cosecha, para que los consumidores conozcan lo que están comprando. En ese sentido, su ambición es producir una yerba madura y tradicional, similar a la que se elaboraba en épocas pasadas.
Con 18 años de existencia de la cooperativa en el sector, Scripczuk compartió su perspectiva sobre la actual crisis que enfrenta la industria yerbatera. Según él, la situación ha llevado a muchos a buscar alternativas y a reconvertirse, un fenómeno que no es nuevo en la historia del sector: a lo largo de los años, diversas organizaciones han surgido en momentos de crisis, y la actual no es la excepción.
“La historia de las cooperativas en el sector yerbatero se remonta a momentos de crisis anteriores”, recordó antes de apuntar que, aunque la situación actual es crítica, “los productores están tomando conciencia” de la necesidad de adaptarse.
Consultado sobre la Mesa Yerbatera, una iniciativa convocada el mes pasado en Misiones, calificó que “al principio parecía prometedora”, pero “ha quedado estancada” y sin avances significativos.
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Mario Karabyn-propietario de dos secaderos en Apóstoles
Jorge Skripczuk-Productor yerbatero de Aristóbulo







