En la pared y en el piso de la habitación donde fue hallada sin vida Adriana Soledad Machuca, el martes 25 de febrero a las 22 en el barrio Nosiglia de Posadas, las pericias realizadas con el reactivo luminol durante las últimas horas, indicaron presencia de rastros de sangre. Para mayor claridad: rastros de sangre que fueron limpiados de la superficie a simple vista, pero que con la labor de los peritos de la Dirección Policía Científica y Secretaría de Apoyo para las Investigaciones Complejas, fueron detectados y serán peritados.
De acuerdo a fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN, los puntos señalados coinciden con el lugar en que la preceptora de 35 años fue atacada y asesinada por asfixia en el cuello, de manera manual similar a un estrangulamiento, tal como lo determinó el resultado de autopsia del Cuerpo Médico Forense.
El resultado positivo se logró pasadas las 21 del miércoles y en el marco del segundo allanamiento que solicitó el juez de Instrucción 3, Fernando Luis Verón, en el inmueble en el que la víctima fatal habitaba con su esposo, suboficial de la Policía provincial, con funciones en la Unidad Regional I, y detenido como principal sospechoso del femicidio.
Vale remarcar que el primer procedimiento en esta casa, de la calle 87 a pocas cuadras del cruce de las avenidas Alicia Moreau de Justo (exruta 213) y Cabo de Hornos, entre los barrios Latinoamérica, Aeroclub y Sur Argentino, se realizó doce horas después del alerta al 911 por la muerte de Machuca y pocos minutos después que el juez de la causa fuera informado por los forenses que no se trataba de un deceso accidental el de Machuca, sino que se aproximaba a una muerte violenta.
Cuando requisaron la casa hace nueve días los peritos, no se detectaron las manchas de sangre con la observación preliminar, pero se secuestraron sábanas y almohadas, entre otros elementos. Lo que indicó que al allanar la habitación ya había sido limpiada de rastros de sangre humana. Y que recién el miércoles pasado y gracias al luminol se pudo despejar la sospecha.
Otras fuentes coincidieron en que la casa de Soledad Machuca no fue preservada hasta después de la autopsia, pero tampoco después del primer procedimiento. Vale agregar que la construcción quedó a resguardo de familiares y allegados del policía imputado por el hecho, que permanece alojado en el anexo para efectivos de fuerzas de seguridad de la comisaría Segunda de la avenida Tambor de Tacuarí.
Sospechoso
El suboficial fue llevado el sábado pasado a indagatoria ante el juez de Instrucción 3, durante la que se desligó del hecho remarcando su coartada de horarios de salida de su trabajo y el en el que halló a su pareja sin vida. Pero no habría señalado nada referente a la limpieza del piso y pared del cuarto matrimonial. Respecto a los horarios, tampoco habría indicios de que otra persona halla ingresado durante la tarde y noche del martes 25 de febrero y atacado a la preceptora del CEP 36 de Posadas.
De acuerdo a las pericias forenses, el femicidio se concretó a las 21 y a las 21.50 se realizó el primer llamado al Centro Integral de Operaciones 911 para solicitar asistencia médica a la víctima.
Otros de los puntos que, entre pesquisas y peritos, estaría cerca de ser descartado es que la muerte se desencadenó por un accidente doméstico motivado en que Soledad Machuca se intoxicó pocos días antes durante sus vacaciones en Brasil con su pareja. Y que arrastraba mareos y malestar estomacal.
Esta primera hipótesis, apuntó incluso a que el golpe en la parte posterior superior de la cabeza que la víctima sufrió fue por un desmayo repentino previo y que dejó una impronta en la pared, marca que fue registrada en el primer allanamiento, no así las manchas de sangre que detectó el luminol, el miércoles último.
Lo que resta
A la par de la judicialización de los testigos en el expediente y entre los resultados de laboratorio que se aguardan sumar, restan los realizados a los elementos que secuestró en cadena de custodia la Dirección de Policía Científica, se destacaron almohadas y ropas varias, entre otros objetos. Pero también a los hisopados tomados del cuerpo de la víctima para determinar si contienen restos genéticos y obtener el ADN respectivo.
Despejada la incertidumbre sobre la causa de muerte, se intentará determinar durante los próximos días por qué el cuello de la víctima no presenta rastros de lesión en la piel. Las marcas de ahorcamiento son internas y, aparentemente, realizadas con una mano fuerte.
Hermanos y padres de Soledad presenciaron el último procedimiento desde la vereda y calle frente a la vivienda mencionada. En silencio acompañaron la labor desplegada con la supervisión del juez y secretarios. Al inmueble ingresaron solo los profesionales de las dependencias señaladas.