Luego del fuerte reclamo del campo y los gobernadores de las provincias con fuerte presente agroproductiva por la reducción de impuestos, el Gobierno nacional volvió a hacer gala del pragmatismo político que adoptó el año pasado. Tras permitir la extensión (establecida por norma) del impuesto PAIS, las cajas para seguir celebrando superávit se redujeron y quedaron ancladas a lo que pueda suceder con el IVA y la licuación de jubilaciones.
Pero como el consumo aún no manifiesta un repunte robusto, Luis Caputo envió esta semana un mensaje al campo y a esos gobernadores que le reclamaron cumplir con el alivio impositivo. El ministro les aclaró que habría rebaja impositiva solo si hay superávit. Sin embargo, menos de veinticuatro horas después, salió junto al vocero Manuel Adorni a anunciar la moderación del gravamen por unos meses.
Las retenciones representan 5% de la recaudación y, tras el fin del impuesto PAIS, ya se daba por hecho que no se tocarían. Pero el mensaje de Caputo posterior al reclamo de los gobernadores no cayó bien y Javier Milei, ausente por estos días, vio el riesgo de crisis política en un año electoral. Es por ello que apareció el pragmatismo y el Ministro de Economía debió poner la cara a un anuncio que, apenas un día antes, no se le pasaba por la cabeza. Pragmatismo político… el Gobierno vio un riesgo y reculó.