En la historia del Ministerio de Ecología, casi no hay registros de que hayan robado madera de un parque provincial protegido. La mayoría de los casos, que son muchos y muy frecuentes, se produce en propiedades privadas que no tienen custodia y cuyos propietarios ni siquiera viven en la provincia.
Pero entre fines de diciembre y los primeros días de enero ocurrió algo histórico: robaron grandes cantidades de madera de un área natural protegida por el Estado provincial.
Se trata de una reserva -de una extensión de más de 3 mil hectáreas- de categoría roja, intangible (está totalmente prohibida la extracción de bosque nativo) y que alberga una variedad importante de flora y fauna autóctona.
Lo grave de esto es que, de acuerdo a fuentes de Ecología, por lo menos retiraron cinco o seis camiones cargados “hasta el tope” de rollos.
La situación, como en otros casos, demuestra una severa incapacidad del Estado de cuidar la selva paranaense, el patrimonio más valioso y el único que diferencia a Misiones del resto del país.
Varios guardaparques que fueron consultados por PRIMERA EDICIÓN explicaron que desde hace tiempo no cuentan con recursos para realizar patrullajes: no tienen vehículos (camionetas ni motos), no tienen combustible ni sistemas de comunicación entre parques.
Una situación similar ocurre en el área de control forestal, donde hasta el año pasado se realizaban tareas de investigación en el monte, para detectar a los deforestadores “in situ” cometiendo el ilícito. Pero desde que asumió la nueva gestión, solamente se realizan controles sobre la ruta o en las ciudades, a los camiones que están circulando a plena luz del día, para revisar si cumplen con los requisitos de transporte y documentación.
Lo llamativo es que, justamente, los que roban madera utilizan la noche y los caminos alternativos para escabullirse, y casi nunca se los va a encontrar utilizando las vías de transporte que usan los madereros que trabajan legalmente y movilizan su madera sin discreción.
Sin recursos para cuidar
Roni Rosas, guardaparque de 28 de años de trayectoria, actualmente integrante del gremio ATE de San Vicente, indicó que “la política ambiental de Misiones viene en decadencia en el sentido de que se viene vaciando el Ministerio de ecología y las potencialidades que tiene”.
En declaraciones a PRIMERA EDICIÓN agregó que “los recursos que generan las áreas en cuanto a turismo, con la venta de entradas, principalmente en Moconá y Salto Encantado, se quedan en Hacienda y no vuelven al sistema de protección ambiental”.
Durante enero, sumando los dos parques, están ingresando alrededor de 400 personas por día que podrían destinarse al cuidado de la selva pero no ocurre. Por su parte, Sergio Ilchuk, otro guardaparque de vasta trayectoria, sostuvo que “desde hace años que faltan vehículos y combustible, no hay incorporación de personal”.
Esto se agrava porque “vienen creando áreas protegidas, me refiero al Campo San Juan, a la parte de Cerro Mbororé, y se pretende cubrir todo ese sistema de áreas con la misma cantidad de personas, eso es imposible”, indicó Ilchuk, que integra la Secretaría de Formación del Consejo Directivo Provincial de ATE.
En tanto, Javier “Colo” Báez, guardaparque de San Pedro, secretario general de la seccional 80 y delegado de ATE, explicó que “nosotros somos hoy 125 guardaparques que hacemos guardias rotativas y podemos decir que hay entre 60 y 65 funcionarios cada día para todas las áreas naturales protegidas”.
“En principio el Ministerio de Ecología debería duplicar la cantidad de recursos humanos para poder llegar a un mediano cuidado del ambiente. Hay un vacío económico. Hay algunos parques que están funcionando con guardias mínimas de dos personas y en algunos casos con una persona de guardia porque no llegamos a estar cubiertos con lo mínimo e indispensable que serían dos personas por guardia”, sostuvo.
Cuestionó que “la provincia de la biodiversidad está descuidando hoy al trabajador de la biodiversidad. Si bien con respecto a los controles, hoy están de alguna manera capacitando a la policía de la provincia de Misiones y llevan a hacer algunos controles de caza furtiva y pesca furtiva, no es suficiente”.
No se cumple el estatuto
Los tres consultados coincidieron en que el ministro Martín Recamán no cumple con el estatuto de los trabajadores del sector. Otros guardaparques brindaron datos e información pero pidieron mantener su nombre en reserva por temor a represalias como traslados.
“Después de 28 años sigo viendo que los colegas que ocupan cargos jerárquicos no fueron cargos concursados, son cargos políticos a dedo, de compañeros que son condescendientes con el poder, y eso lleva a que no se luche por los recursos al área, se busca acallar siempre al que está reclamando”, remarcó Roni Rosa.
“Se nota mucho el acomodamiento de los jerárquicos, la estructura hoy no es por concurso, es una estructura política, entonces eso también trae sus consecuencias”, remarcó.
Recordó que en 2023 salió el estatuto y el año pasado se pusieron un par de escalafones “pero quedamos en un impasse, la situación económica a nivel general del país tampoco acompaña”.
Ilchuk coincidió en que “hace más de un año que la Provincia legisló y creó la norma que permitía hacer un trabajo diferenciado y un reconocimiento al guardaparque y la norma cayó en saco roto”.
“Se han pagado algunos adicionales, no todos todavía, pero no se ha llamado a los concursos correspondientes, siguen estando de jefes los amigos del Ministro o del Subsecretario; no se ha cumplido tampoco con la pretensión salarial para reconocer tantos años de esfuerzo”, remarcó.
Báez remarcó que la ejecución del Estatuto “va muy lenta por parte del Ministerio de Ecología porque los cargos y las jefaturas deberían ser concursadas en todas las áreas naturales protegidas, y hoy eso es una promesa inconclusa de este Ministro de Ecología”.
“Eso también hace que hoy los cargos de parques sean más políticos, estamos hablando de la línea jerárquica de los guardaparques, y no concursada, que es lo que nosotros escribimos y la política provincial aprobó”, dijo.
Sin recursos para incendios
Roni Rosas advirtió que “ojalá no ocurra ningún tipo de incidente de fuego, porque la verdad es que, desde el cuerpo de guardaparques, las capacidades de combatir fuego es muy ínfima, desde equipamientos personales, de uniformes, ropas, agua”.
Contó que “si bien en Moconá contamos con tres mochilas de combate a incendio, no tenemos cómo transportar agua, no tenemos cómo transportar un tanque de agua, no existe un tanque de agua para transportar, entonces por más mínimo que sea el incendio, no tenemos la capacidad de salir a combatir, ni hablemos de grandes incendios forestales”.
Javier “Colo” Báez, de ATE San Pedro, recordó que “el año antepasado habíamos hecho un plan donde habíamos pedido a la patronal que nos dote de infraestructura para incendios. Parque Nacionales tiene un personal, aparte del guardaparque, para situaciones críticas”.
“Hoy cualquier funcionario de guardaparques no tiene el zapato adecuado o la ropa adecuada para combatir incendios. Puede tener mochila de ataque, puede tener algunas herramientas que puede proveer el Estado, pero a la hora de la verdad no estamos en todas las condiciones”, culminó.