El año que concluye fue verdaderamente desafiante para los argentinos. Al final del período, las mediciones oficiales y las privadas aseveran que el Gobierno se apuntó avances significativos sobre las diversas variables macroeconómicas. Los indicios parecen ser buenos, pero siempre quedan rubros que más temprano que tarde deberán repuntar. Uno de ellos es, sin duda, el de los salarios registrados que, de acuerdo al análisis oficial, subieron 4,1% en octubre. Sin embargo, en la fotografía completa, es necesario advertir que en el ejercicio anual perdieron más de 8% de poder adquisitivo… y eso es evidente.
La desaceleración de la inflación a partir del segundo semestre fue un verdadero alivio para la mayoría de los argentinos que durante el primero habían caído en la pobreza. Apuntalar ese avance contra los precios y fortalecer el salario será clave para marcar el punto de partida del ansiado rebote.